VEEDORES
Los observadores electorales fueron siempre un factor de neutralidad, su presencia agrega esa dosis de imparcialidad que permite a los electores a sumarse con más confianza a los comicios, hay organizaciones internacionales que brindan este servicio y son varios países los que ofrecen la experiencia de sus profesionales para que se sumen a las elecciones de otros países con un criterio de equidad. Sin embargo, todo indica que el año próximo, cuando se realicen los comicios del 11 de abril, los observadores nacionales e internacionales sumarán a sus habituales tareas de supervisión en la instalación de mesas y en los incidentes que se registren en el desarrollo del sufragio y que tenga que ver con las infracciones a las normas, otra actividad que le está encomendando el Jurado Nacional de Elecciones. Se trata de la verificación de los protocolos sanitarios que deben ser de cumplimiento obligatorio en el próximo proceso eleccionario puesto que su organización atenta contra los principios de la estrategia sanitaria pero que, por mandato constitucional, deben realizarse necesariamente. En tal sentido, frente a la necesidad de hacer respetar los protocolos de bioseguridad contra el covid 19 sí o si, el organismos electoral ha considerado necesario que los observadores electorales tengan la misión de verificar el cumplimiento de los mismos. Esto porque los comicios se llevarán a cabo en medio de la pandemia, si antes del 11 de abríl aún no se ha conseguido una vacuna que neutralice el virus, entonces habrá que respetar las medidas preventivas sí o sí. Todo ello está en función a lo que sucederá en esos meses pre electorales, aun falta mucho y se habla que se puede registrar una segunda ola como ocurre hoy en otros países como España e Italia, así que habrá que rezar para que nada de ello ocurra. La buena experiencia de los integrantes de los organismos observadores será vital para que las elecciones se realicen con normalidad, que es lo que todos queremos.
DESMONTES
El alcalde de Nuevo Chimbote, Domingo Caldas, debe tomar nota en su libreta de prioridades la alerta que han lanzado los ciclistas que suelen realizar su actividad deportiva por la carretera Panamericana Norte, quienes lamentan que existan tramos en los cuales no puedan atravesar sin exponer la vida. Se refieren a la enorme cantidad de desmonte en los extremos de esta vía principal, en la salida hacia el sur, el mismo que virtualmente ya no les permite circular si no es invadiendo la pista y exponerse al atropello de algún vehículo. Esto es cierto, lamentablemente no es un problema nuevo o reciente, por el contrario, se arrastra desde hace mucho tempo y en este medio de comunicación lo advertimos pues no solo es un problema de invasión de pistas laterales sino de un atentado al ornato de la ciudad. Los visitantes que llegan a nuestro puerto no pueden estar observando cerros de desmonte a los costados, nadie ha hecho nada para detener a los inescrupulosos que, poco a poco, fueron copando los extremos de esta vía principal. Cierto es que no existen escombreras en nuestra ciudad, empero, ello no puede ser motivo para que los volqueteros, tricicleros y una serie de personas arrojen o envíen, por terceros sus desmontes a los costados de la panamericana. El problema ahora no solo es buscar la manera de retirar el desmonte sino implementar un sistema de sanciones a quienes lo hagan pues el distrito no puede seguir perjudicándose de esta manera.
BALONES
Lo que es la vida. La pandemia ha obligado a muchas personas a cambiar su ritmo de vida y hasta reinventarse para tratar de salir adelante y no dejarse derrotar por las graves secuelas que está dejando la presencia del virus. Hay quienes han debido dejar sus actividades habituales y emprender otras actividades, empero, no solo quienes obramos de manera legal y de buena fe, somos los que buscamos la manera de convivir con el virus, sino que ahora resulta que hasta la delincuencia ha cambiado su accionar. Hace solo unos días se dio cuenta de la sustracción de dos balones de oxigeno de una vivienda, los cuales solo les sirven a pacientes contaminados. Pero si antes los delincuentes los ignoraban por su tremendo peso, ahora hacen todos los esfuerzos para llevárselos pues estos envases se convirtieron en los más solicitados, son artículos casi de lujo y por ello están siendo objeto de robos. Esto es el colmo, empero, es nuestra penosa realidad. Esperemos que las personas agraviadas por estos delincuentes no sufran la pérdida del familiar enfermo que se quedó sin el balón.