Ante el desconsuelo de su padre:
Fueron varios años de lucha y esfuerzo, para lograr su recuperación, sin embargo, ayer a la joven María José Palacios (21), las fuerzas la vencieron y dejó de existir al promediar las 10 de la mañana, en medio del llanto y dolor de su padre Ismael Palacios Vilquiniche, quien en todo momento estuvo a su lado.
Su historia se remonta a hace 7 años atrás, cuando la joven, empezó a tener una dolencia en las rodillas, de pronto ya no pudo caminar, siendo diagnosticada un mal congénito en la médula espinal y tenía que ser intervenida quirúrgicamente.
Sin embargo, los males no la dejaron, pues un tiempo después le detectaron insuficiencia renal crónica, y requería urgente un trasplante de riñón, mientras tanto tenían que dializarla de manera constante hasta alcanzar un donante.
La acumulación de enfermedades, sumado a la estrechez económica del padre de María José, agravaron la situación, incluso él tuvo que dejar de trabajar para cuidarla plenamente a su hija, debiendo acudir al apoyo solidario de las personas caritativas.
Ismael Palacios, tocó las puertas infinidad de veces, tantas instituciones, congresistas, el Ministerio de Salud, a autoridades de turno, pero el apoyo no fue el esperado.
Se logró realizar en el año 2015 una Teletón, y lo recaudado, le ayudó para solventar los gastos principales de María José, como leche, pañales que debía usar, sus alimentos y medicinas, pero ya no alcanzaba para más. En un primer momento la ilusión era ver caminar a su hija, sin embargo, todo se apagó, cuando la diagnosticaron insuficiencia renal.
Empero, pese a las malas noticias que llegaban una tras otras, Ismael Palacios, nunca perdió las esperanzas, ni la fe en ver recuperada a su hija, y aunque sabía que era bastante difícil, albergaba la ilusión de verla bien y conseguir un donante de riñón.
Lamentablemente, en un país en el cual la donación de órganos es un tema complicado y con escaso respaldo de la población, eso nunca pasó y debió seguir esperando de manera paciente con ingresos y salidas del Hospital, agravando la salud de esta jovencita que demostró ser una guerrera, pero ayer su corazón de latir y su vida se apagó en un instante, dejando de lado las ilusiones de su devastado padre que no podía creer, en todos estos años, siempre fue su soporte, madre y padre para su hija.
Los esfuerzos de quienes lo acompañaron en estas gestiones se desvanecieron con el consuelo de haber hecho algo para ayudar y salvar a una ven cita que tuvo la desdicha de llegar al mundo con males congénitos difíciles e superar. Descansa en Paz María José.