“Estamos ante un virus selectivo que actúa diferente en cada persona, hoy puedes encontrarte sano, pero mañana el virus ingresa a tu cuerpo y altera todo, si tu organismo no responde entonces te llevará a una unidad UCI y posiblemente a la muerte”.
Estas son palabras que corresponden al jefe de departamento de patología clínica y anatomía patológica del hospital La Caleta, Biólogo Miguel Bernal Nureña, quizás uno de los profesionales que ha vivido en carne propia la embestida del covid 19 durante la emergencia sanitaria de los últimos seis meses y habla con conocimiento de causa.
Por ello en una reciente entrevista a nuestro medio ha sugerido a los chimbotanos a no bajar la guardia, que a pesar que la enfermedad llegó a un nivel en el cual desciende notoriamente, eso no significa que el peligro se haya disipado, consecuentemente, hay que mantener las medidas de prevención de manera permanente para evitar el contagio.
Las palabras del servidor del hospital La Caleta son premonitorias porque nos muestra lo que está sucediendo en estos días no solo en nuestra ciudad sino en las grandes ciudades del mundo que, en este momento, enfrentan una segunda ola de la enfermedad
Ya el gerente de Essalud en Ancash, Dr. Ramón de la Cruz, ha advertido que en la última semana se había observado un incremento de pacientes del orden del 14% luego de haber registrado el notorio descenso de la cifras, lo que había aliviado al sistema sanitario de nuestra ciudad y de todo el país.
Sin embargo, ese repliegue de la enfermedad, en medio de una pandemia, solo representa un comportamiento regular como lo habían señalado los especialistas, es la consecuencia de las medidas y acciones de las autoridades para prevenir el contagio de este mal, empero, no era un anuncio del final de la pandemia ni mucho menos.
Desde mucho antes habíamos señalado que el final de la cuarentena focalizada, que en nuestra ciudad se registró el primer día de este mes de octubre, no representaba un cheque en blanco para los ciudadanos y que ellos puedan retomar sus actividades normales como antes de la cuarentena, por el contrario, había que actuar con mucha cautela.
Y esto era evidente si partimos del hecho que nuestra ciudad mantuvo desde el inicio de la emergencia sanitaria un alto registro de pacientes positivos y de fallecimientos, ocupó el quinto lugar en la estadística nacional, lo que resulta para muchos incomprensible en la medida que nuestra ciudad mantuvo en el papel un confinamiento absoluto.
Sin embargo, el comportamiento irresponsable de muchas personas, las viejas costumbres de reunirse con los amigos, de organizar pichanguitas, de departir entorno a una parrilla, de festejar cumpleaños o de acudir a bailes clandestinos, fue la razón por la cual nuestra provincia siempre estuvo de color rojo en el mapa sanitario del país.
Esas malas costumbres no se pierden, allí están las cifras, siguen señalando que el descenso se mantuvo apenas un poco más de una semana porque nuevamente se advierte el incremento de pacientes y eso es muy malo.
Sino que lo digan los países europeos que desde hace poco más de tres meses atrás observaron la llegada del pico de la enfermedad después de haber registrado los más altos niveles de contagios y fallecimientos, en España e Italia estuvieron bordeando los 10 ml fallecidos en un solo día, sin embargo, tras ejecutar sus cuarentenas y adoptar medidas rigurosas pudieron salir de ese trance y fueron otros países, entre ellos el nuestro, los que superaron sus cifras, empero, ahora la figura se revierte.
Ha llegado a Europa central la denominada segunda ola, España acaba de superar nuevamente al Perú, también Francia y en los próximos días lo hará Italia, pues en ellos se reabrieron escuelas, se aperturaron las playas durante el fin del verano, se retomaron actividades no recomendables como cines restaurantes y bares, entonces, las consecuencias no eran difíciles de prever.
Que sirva el ejemplo de aquellos países que desafiaron al virus para que en el nuestro no ocurra el mismo y grave error, que se entienda que el reinicio de muchas actividades se hace en medio de medidas de prevención efectivas, que todos sigamos usando nuestras mascarillas, desafectándonos permanentemente las manos y manteniendo nuestra distancia.
Solo de esa manera conseguiremos controlar la enfermedad hasta que aparezca una vacuna, la experiencia nos dice que no se puede desafiar a este virus letal, hacerlo solo representa un reto a la muerte.