Editorial

UN MEA CULPA

Los primeros actos de gobierno del presidente Francisco Sagasti consolidan el proceso de transición al que ha ingresado el país, y la estabilidad política necesaria que se necesitaba para no entorpecer la marcha de la Nación en temas tan sensibles en este momento como la economía y la salud.

Esto significa que el país ya dio la vuelta a la página y dejó atrás los penosos acontecimientos generados a partir de la declaración de vacancia del ex presidente Martín Vizcarra y la asunción de Manuel Merino frente al rechazo de la mayoría de peruanos.

Su renuncia y posterior elección de Sagasti permitieron controlar la situación a pesar que, infortunadamente, quedaron dos víctimas en el camino, de allí que muchos señalan con acierto que la responsabilidad de todo este tinglado no es sino del congreso de la república.

De allí que la semana pasada hemos recibido con satisfacción una pública salvedad por parte de la congresista chimbotana Norma Alencastre Miranda, representante de “Somos Perú” que tomó parte en la sesión del 9 de noviembre en la cual expresó su voto a favor de la vacancia presidencial.

Alencastre Miranda ha sido la única legisladora de Ancash que ha formulado este “mea culpa” y ha señalado que su voto no fue parte de una conspiración o de consigna de una bancada, sino que respondió a la convicción personal que tiene y los valores que respaldan su comportamiento personal y político, los cuales la llevaron a concluir que una persona que arrastra gravísimas denuncias no puede estar al frente de un país.

La congresista se refiere a los graves cargos que el Ministerio Público investiga contra Vizcarra, y respecto a los cuales, en la víspera, un reportaje televisivo había puesto al descubierto la existencia de colaboradores que entregaron pruebas contundentes contra el ex primer mandatario.

Ese mismo reportaje nos hizo reflexionar a muchos de la lamentable suerte que tiene el país al haber encumbrado a políticos que arrastran un pasado cargado de acciones presuntamente mafiosas, empero, muchos consideramos que a pesar de ello la coyuntura económica y, fundamentalmente, la sanitaria nos decía que no era el momento para una vacancia, que habría de tolerar a un mal elemento en palacio de gobierno antes que exponernos a una peligrosa inestabilidad.

De allí que es comprensible lo que ha expuesto la congresista de “Somos Perú”, su actuación en un tema tan peliagudo, sus convicciones personales la llevaron a tomar una medida que, a la larga, resultó nefasta para el país, por ello reconoce el error que cometió y expresa publicas satisfacciones ante el país.

Y es que no hay que olvidar que “errar es humano, pero de caballeros y mujeres integras reconocerlo”. Es plausible que la congresista Chimbotana haya advertido la perniciosa secuela que arrastró el acuerdo del hemiciclo y exprese sus inquietudes de manera pública ante el electorado y el pueblo al cual se debe. Ello dice mucho de su probidad y de la buena voluntad de enmendar rumbos y seguir trabajando por la provincia.

Estamos convencidos que en esta senda encontrará la comprensión y el respaldo de muchos que la conocen y saben que no se sumó a ninguna componenda de tipo político que pudiera perjudicar al país.