Editorial

::: EL QUE LA SIGUE, LA CONSIGUE :::

El último fin de semana, coronando un enorme esfuerzo y dedicación, se bendijo e inauguró la primera planta de oxigeno medicinal que se implementa en Chimbote en medio de la crisis de la pandemia del Covid 19.

Se trata de la planta que gestionó, desde los primeros meses de la emergencia sanitaria, el colectivo “Oxigeno es vida”, el mismo que colocó al frente de este proyecto al querido y carismático sacerdote Giovanni Sabogal Osorio.

El objetivo de los promotores de este proyecto era recaudar los fondos suficientes como para adquirir una planta de oxigeno medicinal que venga a cubrir ese enorme vacío que generó la carencia de este componente vital en el tratamiento de los pacientes positivos del covid 19.

Cuando el padre Giovanni puso en marcha este proyecto existían miles de personas, en todo el país, que hacían enormes colas en los establecimientos que distribuyen oxigeno medicinal que, a la sazón, no son muchos en la medida que requieren de una autorización y licencias especiales para poder emprender un negocio como éste.

Por ello existió serios inconvenientes para muchos pacientes en la primera etapa de la pandemia, para que puedan acceder a un balón de oxígeno, las colas que se apreciaban en la televisión en la capital de la república, no hacían mucha diferencia con lo que se observaba en las principales ciudades del interior del país, entre ellas Chimbote.

El oxígeno escaseaba y los pacientes fallecían ante la resignación de médicos y personal asistencial que entendían que era muy poco lo que podían hacer en la medida que el propio Gobierno no podía abastecer a los principales nosocomios del país.

Esto fue lo que motivó a un grupo de personas altruistas congregadas en torno a un colectivo civil, a lanzar la idea de implementar una planta de oxigeno medicinal en la medida que sabían que una instalación de este tipo no es complicada, su propia producción es sencilla en la medida que se sigan las instrucciones del caso.

Sin embargo, las complicaciones se encontraron cuando apenas comenzaron las gestiones y decidieron llevar adelante una Oxigetón, como le llaman a la teletón que organizaron para convocar a la población que aporte lo que esté a su alcance para los efectos de adquirir la planta.

Ello porque en el marco de la oxigetón llegaron el alcalde provincial Roberto Briceño y el director de la red Pacífico Norte para ofrecer la compra de la planta con los recursos de la comuna provincial, pues en esos días se había dictado la norma por la cual el Gobierno estaba autorizando a la aplicación de un porcentaje de los recursos del canon minero a la implementación de todo lo que signifique la lucha contra el covid 19.

De allí que si el alcalde provincial estaba recibiendo una importante cifra como adelanto de su canon no pudo tener mejor idea que sumarse a la oxigetón con el importe de la planta de oxígeno, pues no había mejor justificación que el uso para la lucha contra la pandemia que la compra de una planta de oxigeno medicinal.

Empero, quiérase o no, muy a pesar de la buena voluntad del alcalde y regidores que aprobaron esta compra, la administración pública es siempre sinónimo de trabas y obstáculos que suelen desanimar a medio mundo.

El Ministerio de Economía desautorizó a la comuna provincial, a financiar la compra de una planta con los recursos del canon, tuvo que viajar el alcalde a lima, debió recurrir al AMPE para que el MEF de su brazo a torcer y habilite la compra de la planta.

Sin embargo, cuando ello ocurre, cuando se salva ese obstáculo, ya había pasado mucho tiempo y el padre Giovanni comenzó a caminar con un Plan B, se reunió con empresarios pesqueros que estaban en condiciones de adquirir la planta siempre que se encuentre bajo su gestión y patrocinio, y, de esa manera llegó la maquinaria.

Sin embargo, una planta de oxigeno no solo son modernos equipos, sino que requiere de un lugar donde debe ubicarse, de un proyecto que irroga nuevos gastos, he allí el mérito del padre Giovanni para convocar a las personas de buen corazón y conseguir finalmente que esta planta se eche a funcionar.

Llega en el momento providencial, cuando se avizora un nuevo brote de contagios, cuando nuevamente la emergencia se asoma y dice que no hay camas UCI, entonces, el funcionamiento de la planta de oxigeno medicinal permitirá asistir a aquellos pacientes que no tengan la posibilidad de acceder a lo necesario para contrarrestarla, como es el oxígeno.

Hay un conocido refrán que dice “el que la sigue la consigue” y todo indica que el padre Giovanni Sabogal sabe mucho de eso, no se ha detenido sino hasta conseguir que se haga realidad lo que será uno de los puntales en esta nueva fase de la enfermedad. Nuestro sincero reconocimiento por lo que ha logrado.