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FIRMEZA

Tremenda lección la que nos acaban de dar los efectivos de la Comisaría de Buenos Aires, tras la intervención realizada en un “Car Wash”, que por las noches funcionaba como local de bailes y fiestas  de chancalatas, en el A.H, Las Poncianas. Decimos esto porque es común ver como los miembros de una misma institución suelen hacer espíritu de cuerpo para blindar al colega, aun cuando este haya incurrido en un acto inmoral o delictivo. Esto se hace más evidente en la policía nacional en donde “otorongo no come otorongo”, cuando denuncian a un policía suelen aparecer una serie de situaciones que solo buscan impedir la sanción al responsable. Sin embargo, la noche del último sábado ocurrió exactamente todo lo contrario, un grupo de efectivos de la comisaría de Buenos Aires intervinieron un Lavadero de Autos en donde se realizaba una fiesta en donde menudeaba las cervezas y en el interior no se observaba las normas sanitarias, menos aún se respetaba el toque de queda. Ello a pesar que uno de los fiesteros y, aparentemente, el organizador de esta fiesta privada, era nada menos que uno de sus colegas, un sub oficial que labora en la misma comisaria. El efectivo fue identificado como Christopher Diestra Rodríguez, quien fue retirado del local por sus propios colegas quienes hicieron lo que indica su deber, no se dejaron llevar ni por la amistad y menos aún por el compañerismo y cogieron del cuello a su colega para llevarlo detenido a la sede policial por traicionar el principio institucional, por ponerse al otro lado de la vereda y comportarse como un vulgar irresponsable que trasgrede las normas que ellos están obligados a hacer respetar. Enhorabuena estos custodios cumplieron con su deber, no encubrieron el accionar repudiable de su colega y lo pusieron a disposición del ministerio Público.

REUNION

Lamentablemente, lo que hizo el oficial intervenido, como lo que hacen cientos de insensatos que desafían a la pandemia, forma parte de ese escenario que ha llevado a nuestra ciudad y la región Ancash a mantener una serie de restricciones que nos hacen mucho daño. La conducta impúdica de estos noctámbulos y juergueros es la que nos condena a padecer lo que se conoce como “segunda ola” de la enfermedad. Está más claro que el agua, sin embargo, sorprende que profesionales salgan a rebatir la intervención de las autoridades bajo el pretexto que no se trataba de una fiesta sino de una reunión de amigos, por lo menos esta es la coartada de la abogada del sub oficial intervenido al salir al frente de los cargos que se formulan contra los sorprendidos en el lavadero de carros. No sabemos que parte no entiende la abogada de las normas sanitarias que ha dictado el gobierno, pues lo que está prohibido es el derecho de reunión, en otras palabras, no pueden realizarse reuniones de ninguna clase porque representan un foco de infección del covid 19, llámense fiestas, bailes, comilonas o tertulias de amigos. Esto está prohibido, ¿tan difícil es entender esto? ¿no entienden que estamos en una pandemia y que hay que cuidarnos? La verdad es que estos irresponsables necesitan algo más que una multa, quizás 72 horas de arresto podría comenzar a desanimarlos.

PELLEJO

Quien no ha necesitado del Covid 19 para volver a la vida es el Capitán Kramer Leonel Castro Olivos, Jefe de la unidad de Seguridad de estado de la Policía Nacional de Chimbote, que fue protagonista de un violento accidente del cual pudo salir airoso por muy poco, las fotografías que se propalaron son bastante reveladoras, se le aprecia atrapado entre los fierros retorcidos de su auto. El accidente se registró en el Ovalo de Tortugas, en el mismo lugar en donde han ocurrido decenas de accidentes muy graves, la mayoría provocado por vehículos de carga pesada. Y este accidente del oficial de la Policía también fue provocado por un tráiler que se había desbocado y chocó violentamente al auto del efectivo policial aplastándolo virtualmente con otro. Insistimos que en este ovalo, como en otros, hay fallas técnicas que generan estos siniestros, sin embargo, nadie ha hecho nada al respecto, incuso en alguna oportunidad el Ministerio de Transportes anunció que se realizaría una auditoría cuyos resultados jamás se conocieron. La semana pasada todo esto pudo generar una tragedia y atentar contra la vida de un importante oficial. ¿Quién termina con este serio peligro?