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MITOS Y VERDADES SOBRE LAS VACUNAS CONTRA EL COVID-19 QUE LLEGARON AL PERÚ

  • Epidemiólogo Antonio Quispe aclara comentarios que circulan en redes sociales

Lima, feb. 11.- Numerosas personas son bombardeadas a diario con información falsa que circula en las redes sociales orientada a desvirtuar la seguridad y eficacia de las vacunas adquiridas por el Perú para luchar contra el nuevo coronavirus.

Mucha de esta información falsa se asienta en el gran desconocimiento de la población de cómo se elaboran y cómo funcionan las vacunas en el cuerpo, razón que los lleva a creer en comentarios de quienes no saben absolutamente nada de ciencia y la mayoría de las veces tienen intereses en crear zozobra en medio de la pandemia.

Este domingo llegó al Perú el primer lote de 300,000 vacunas del laboratorio chino Sinopharm, las cuales empezaron a colocarse desde ayer al personal médico de los principales hospitales de la capital. Un segundo lote de 700, 000 deben llegar dentro de una semana.

Si bien el inicio del proceso de inmunización nacional fue recibido con gran algarabía y esperanza entre la población, algunas voces insisten en difundir leyendas sobre las vacunas que el epidemiólogo Antonio Quispe se encargó de desmentir durante una entrevista con el ATV noticias.

A continuación, algunos mitos que seguramente habrá oído o leído en los últimos días y la explicación científica y verdadera que hay detrás de esos supuestos.

Mito: La vacuna no es segura porque se desarrolló muy rápido

“Falso. Se trata de una falacia que está circulando mucho en las redes. Desarrollar una vacuna es como una apuesta enorme para sacarte una lotería. Ese riesgo, por lo general, lo asumen las industrias que ponen miles de millones de dólares para apostar entre las diversas candidatas que existen para ver cuáles funcionan. Algunas veces ninguna funciona”.

“En este caso, todas las grandes financiadoras del mundo, las grandes corporaciones han invertido aproximadamente entre 3, 000 y 5, 000 billones de dólares para desarrollarlas en tan poco tiempo. Esa enorme cantidad de dinero se ha invertido para asumir el riesgo y que todas las empresas se lancen a una competencia por obtenerla. Y la ciencia ha producido 11 vacunas que ya pasaron la fase 3. Todas con alta eficacia y seguridad”.

“La vacuna de Sinopharm es la que más voluntarios ha tenido, son más de 80,000 en cinco países. En China la han aplicado ya a 10 millones de personas, sin registrar ningún efecto adverso. Es importante indicar que en la prueba experimental no ha muerto ni una sola persona”.

Mito: La vacuna para el covid-19 tiene efectos secundarios graves, como reacciones alérgicas 

“Falso. Para desarrollar vacunas se hacen estudios enormes para evitar que haya efectos secundarios graves o que pongan en riesgo tu vida. Hasta ahora no se ha notificado ninguno”.

“El proceso experimental ha sido tan seguro, que en algunos lugares ya están incluso en fase cuatro, que es vigilancia de impactos adversos de la vacuna en millones de personas. El evento adverso más severo y frecuente a causa de la colocación de la vacuna es el dolor en el brazo donde se hace pinchazo para colocarla, como ocurría cuando éramos niños. Es un pequeño dolor, pero no te vas a morir por eso”.

Mito: Si ya me dio Covid-19 no es necesario vacunarme

“Falso. Claro que tengo que vacunarme. La inmunidad que te confiere una enfermedad previa es débil y a eso se suma que las personas que ya enfermaron antes estarán en una situación vulnerable. Si te reinfectas con nuevas variantes, tienes mayor riesgo de enfermar severamente, más riesgo de ingresar a UCI, más riesgo de morir y tener secuelas producto de la enfermedad”.

“Es importante saber que incluso vacunándote tu puedes contagiar a otras personas. Aquí lo más importante es que con la vacuna se van a salvar vidas; si a alguien le da coronavirus, no se va a morir. Quien no se vacuna, está en riesgo muy alto de morir o de hacer una enfermedad grave, dependiendo del desarrollo de su caso”.

Mito: Con la vacuna ya no tengo que usar la mascarilla

“Falso. La vacuna te previene de muerte porque tú has adquirido la infección (de manera artificial y controlada) y por eso puedes gestionarla mejor, pero no impide que te contagies; podrías infectarte, pero ya no hacer casos complicados de la infección”.

“Seguramente, cuanto más tiempo pase menos infeccioso eres, pero el riesgo de contagiar a otros existe y por eso debes seguir usando la mascarilla y guardar las medidas de prevención que ya todos conocemos (lavado de manos, distancia física, uso de mascarilla, entre otros)” .

Mito: La vacuna te incorporarán un chip en tu cuerpo

“Falso. Esto es una barbaridad. La gente inventa muchas cosas más, como que te van a poner un chip, te va a salir otro brazo o un tercer ojo. Hay un gran problema con las redes sociales porque, si bien el grupo antivacunas es pequeño, se percibe como mucho más grande. Cuando una persona te dice que ‘no te vacunes’, básicamente te está diciendo que te mueras”.

Mito: La vacuna contra el covid-19 modifica mi ADN

“Falso: Lo que pasa es que la gente ha escuchado que hay una tecnología que trabaja con el ARN mensajero y en su cabecita creen que tiene capacidad de modificar el ADN y no es verdad. Justamente la tecnología de ARN es muy importante para combatir a las nuevas variantes del coronavirus. A la descubridora de esta tecnología seguramente le darán el Nobel por todos los usos que se está haciendo con su aporte”.

“No hay que creer ese tipo de comentarios. Recordemos que la humanidad usa vacunas desde hace más 200 años. Gracias a ellas las personas ahora vivimos más de 30 años e incluso hasta los 100 años porque con ellas evitamos que nos maten enfermedades que son prevenibles”.

Mito: La efectividad de la vacuna adquirida por el Perú es baja

“Falso. Todos usamos la vacuna contra el rotavirus y tiene una efectividad entre el 60% y 70% y, con ella, se ha prevenido la mayor cantidad de muertes por diarrea. Las vacunas contra el covid-19 son altamente eficaces si las comparamos con todas las vacunas que usamos para proteger a los niños del mundo.”

“Los científicos cuando desarrollan vacunas buscan tres objetivos: que eviten muerte, que eviten casos severos de enfermedad y que prevengan la infección. Si bien todas las vacunas contra el covid-19 en el mundo han recibido autorizaciones de emergencia, es decir que han sido dadas con datos preliminares, sus resultados son tan sólidos y buenos que no han tenido problemas para comercializarse. Y esto ha pasado porque son seguras y están salvando vidas de muchísimas personas”. (Andina)