Opinión

DIGAMOS ALGO SOBRE EL PBI

Por:   CPC SERGIO AGURTO FERNANDEZ

Se ha hecho universal que en cada país se utilice el PBI, como un referente financiero para calcular la asignación de recursos presupuestales, especialmente para los sectores salud y educación; se utilizan también para medir cuanto se ha avanzado en estos temas, para así despejar los temores cuando se compara con los avances de los países vecinos. Según como sea la ejecución del gasto público, ésta indicará en qué orden de prioridades se ubican las necesidades sanitarias y educativas.

En el Perú los ánimos de exacerban cuando hay una deficiente infraestructura sanitaria, ocurre lo mismo con la educación, cuando no se consigue una vacante para la educación de los hijos, y es cuando se hacen presente las protestas y los reclamos de la sociedad organizada, exigiendo que se cumpla con lo que la Constitución dispone: que el equivalente del 5% del PBI debe destinarse para el sector salud, y el 6% del PBI para el sector educación, algo que cualquier ciudadano ve con simpatía y lo apoya. Pero en términos prácticos, cumplir tal mandato constitucional, resulta casi un imposible, porque sería algo así como inclinar la balanza para un solo lado, en perjuicio de los otros sectores que también reclaman lo mismo, y metafóricamente se termina diciendo que aquí es “cuando el cuero (presupuesto) no alcanza para hacer correa para todos”. Si esa es la regla universal, entonces habría que pedir ante quien corresponda, que se modifique o se prescinda de utilizar el PBI como un referente para hacer los cálculos presupuestales del país, por ser inaplicable.

Entre el Producto Bruto Interno –PBI- y el Presupuesto General de la República –PGR-, no hay un vínculo que los una, marchan por líneas paralelas porque son de naturaleza distinta, mientras que el PBI representa la suma de bienes y servicios que el país produce, que en promedio llega a los 226,800 millones de dólares (848,232 millones de soles), en cambio el PGR (183.000 millones de soles para el 2021) es la estimación equilibrada entre el nivel de gastos que se habrán de incurrir en todo el sector público, y la proyección de los ingresos en las distintas fuentes de financiamiento, referidos a un ejercicio presupuestal.

Sin que se considere una irreverencia, esto quiere decir que no se debe utilizar el PBI como un referente para calcular las asignaciones presupuestales para los sectores salud, con  el 5% del PBI (42,411 millones de soles), y educación con el 6% del PBI (50,893 millones de soles), porque haciéndose así, jamás van a cuadrar las cuentas y el resultado final siempre será un balance presupuestal deficitario.

Entre el PBI y el PGR no hay un punto de comparación, entendiendo que el PBI es 4.638 veces mayor que el PGR, por lo que resulta inapropiado aprobar una asignación presupuestal utilizando como marco referencial al PBI. Veamos por qué: el 5% del PBI para salud resulta ser 42,411 millones de soles, y el 6% para educación  resulta ser 50,893 millones de soles; si estos importes lo recalculamos con el PGR, tenemos que el 5% para salud ya no sería tal sino 23.175% del PGR, o sea 18.175% más, y el 6% de educación pasaría a convertirse en 27.810% del PGR, o sea 21.810% más, y los dos sectores en conjunto suman 93,304 millones de soles, o sea el 50.985% del PGR, quedando para los demás sectores solo 89,696 millones de soles, o sea el 49.015% del PGR. Con este dinero sobrante sería imposible financiar las necesidades presupuestales de las fuerzas armadas, la policía nacional, la ejecución de obras públicas, la atención a los programas sociales, pago de la deuda pública, etc.

Se escuchan voces que proponen elevar la asignación presupuestal de los sectores salud y educación en 10% para cada uno, o sea el 20% entre los dos, si esto fuera así, significaría el colapso de las finanzas públicas, que desembocaría en una inflación galopante, porque haciendo cálculos, este 20% del PBI totaliza 169,646 millones de soles, ahora si el PGR es de 183,000 millones de soles, descontando lo de salud y educación, quedaría solamente 13,354 millones de soles, casi nada, para repartirse entre los demás sectores de la administración pública. Como se ve, resulta contraproducente que se siga insistiendo en tener al PBI como un instrumento financiero para hacer la distribución  de la “torta presupuestal, porque si no alguien se quedaría sin su “tajada”.

Difícilmente se podrá conciliar criterios sobre este tema, es una medida que viene de afuera; quien sabe si en los países desarrollados funciona este procedimiento, pero lo cierto es que en nuestra región,  resulta inaplicable; habría que dar una mirada  a los estados presupuestarios y financieros de aquellos para comprobar si tal medida tiene asidero práctico, estamos seguros que no.

Tanta expectativa se genera en la población, que ante el posible colapso de estos servicios básicos, el gobierno no quiera cumplir con las asignaciones del 5% y el 6% del PBI, porque hay una insatisfacción de ellos que se puede advertir en las constantes protestas, no solamente de los usuarios del sistema, sino también de los mismos trabajadores. Cuidado que los resentimientos se vayan a incubar para eclosionar después en marchas callejeras.