Editorial

::: LAS INJUSTICIAS DE LA JUSTICIA :::

Hace tres años el señor Carlos Humberto Figueroa Sainz (78) falleció tras no poder superar las heridas que le produjo un accidente de tránsito ocurrido en la esquina de la avenida Enrique Meiggs con el jirón Iquitos.

Después de un largo proceso penal, el 31 de enero del 2019 la Corte Superior de Justicia del Santa halló responsable del delito de homicidio culposo al conductor del vehículo, Sergio David Sosa Aguilera, y lo sentenció a cuatro años de prisión suspendida, quedando asimismo obligado a pagar a los deudos de la víctima una reparación civil de 15 mil soles.

Esta sentencia fue apelada por el abogado de Sergio David Sosa Aguilera, pero el 9 de septiembre del 2019 terminó siendo confirmada en segunda instancia. El sentenciado quedó obligado a cancelar la reparación civil en el plazo de tres meses, caso contrario la pena suspendida sería revocada en pena efectiva.

No obstante que dicho plazo venció el 9 de diciembre de ese mismo año, hace ya veintiún largos meses, el chofer Sergio David Sosa aún no cumple con hacer efectivo este pago. ¿El motivo?. La confirmación de la sentencia no le ha sido notificada. Misma leguleyada.

Casos como éste, que ponen de manifiesto las injusticias que a veces genera la propia justicia, existen muchos más. Mientras algunos procesos judiciales avanzan a una velocidad cósmica, otros en cambio, que no son pocos, caminan a paso de tortuga y parecen haberse detenido en el tiempo.

Hemos consultado esta enojosa rutina con amigos abogados que diariamente tienen que lidiar con este tipo de vicisitudes. Sostienen que cualquier demora de esta naturaleza en este momento ya no tiene razón de ser. Habiendo cumplido el juez con dictar una sentencia condenatoria, queda en manos del secretario de juzgado y otros empleados administrativos, hacer llegar a quien corresponda la respectiva notificación. Justamente para eso los abogados litigantes están obligados a acreditar ante el juez de la causa una casilla electrónica. Cualquier notificación ahora llega al instante. El mundo no puede paralizarse por la falta de un simple documento.

Sin embargo, es aquí, en esta parte del proceso judicial cuando ciertos abogados se las arreglan, entre comillas, para que algunas notificaciones nunca lleguen a su destino y duerman en sueño de los justos. Tal es el caso que está perjudicando muy seriamente a los deudos del señor Carlos Humberto Figueroa Sainz. Además de haber perdido a un ser querido, ahora temen perder el derecho ganado de un reparación civil.

Ojo, señores secretarios: justicia que tarda no es justicia.