Tras la denominación de Chankillo como patrimonio cultural de la humanidad por decisión de la UNESCO, las reacciones en cadena no se han hecho esperar. El martes de la presente semana los alcaldes provinciales Roberto Briceño Franco (Santa), Luis Alarcón Llana (Casma) y Elmer Dueñas (Huarmey), suscribieron un acta de compromiso para fortalecer el sector turismo en sus respectivas provincias.
Dos días después, el alcalde de Nuevo Chimbote, Domingo Caldas Egúsquiza, anunció que su despacho se ha propuesto impulsar la reactivación del aeropuerto “Tte. FAP Jaime De Montreuil Morales” precisamente para ofrecer mayores facilidades a los flujos de turistas nacionales y extranjeros que, además de Chankillo, vengan a conocer otros atractivos de la zona.
Como sucede con todos los monumentos arqueológicos declarados patrimonio cultural de la humanidad, el milenario observatorio astronómico de Chankillo no puede ser una excepción. Es de esperarse que genere una corriente de visitantes de grandes proporciones, para la cual debemos estar preparados. No olvidemos que, después del flujo de turistas que frecuentan playas y balnearios, el turismo cultural encabeza el records de visitantes a nivel mundial.
Cabe entonces ya no seguir pensando sino más bien ponerse a trabajar sin mayor pérdida de tiempo para reactivar este sector económico. El turismo ha resultado ser hasta hoy la actividad más afectada por la pandemia. Como consecuencia de la suspensión de viajes, son incontables las agencias de transporte, hoteles, restaurantes y centros de atención complementaria que han tenido que cerrar sus puertas; lo que ha dando lugar a una desocupación masiva sin precedentes.
Por otro lado, no cabe la menor duda que el efecto Chankillo va a impactar en forma directa y significativa en la oferta de los circuitos turísticos locales y regionales de la zona costa de Ancash. Quienes vengan a visitar este milenario observatorio astronómico van a querer recorrer otros lugares cercanos y disfrutar de servicios afines. Eso hará que los circuitos que se oferten al turismo interno y receptivo incluyan otros atractivos.
En cuanto a atractivos arqueológicos, nos referimos a El Castillo de Huarmey, lo mismo que a Sechín y Las Aldas en Casma. Dentro de ese rubro cabe considerar a Pañamarca, Punkurí, Paredones y Monte Sarumo en la Provincia del Santa. En lo que se refiere a playas y balnearios, los circuitos tienen necesariamente que ofertar a Tuquillo (Huarmey), La Gramita y Tortugas (Casma), así como a Besique, El Dorado, Caleta Colorada y Las Conchuelas de la Isla Blanca (Santa). Imposible dejar de incluir en esta oferta al Vivero Forestal y al Cerro de la Juventud. El turismo tiene mucho que dar a la zona costa de Ancash.
En ese sentido, la reactivación del aeropuerto de Nuevo Chimbote será decisiva para que los flujos de visitantes arriben a estos lugares con la frecuencia y las comodidades estandarizadas por el turismo internacional. Como bien recordamos, el 9 de mayo del 2019 fue promulgada la Ley 30951 que en su artículo único declara de interés nacional y necesidad pública la modernización y equipamiento del aeropuerto “Tte. FAP Jaime de Montreuil Morales”. Con eso, la gestión que se propone llevar a cabo el alcalde Domingo Caldas, ya cuenta con un valioso asidero legal. Solo resta ponerle la perseverancia necesaria.