En su edición del último sábado el DIARIO DE CHIMBOTE publicó una información que una vez más nos ha llevado a pensar muy detenida en la situación del Terminal Portuario de Chimbote. Dicha información da cuenta que el Ministerio de Transportes y Comunicaciones, a través de la Autoridad Portuaria Nacional (ANP), está ejecutando una inversión de 1,600 millones de dólares en la modernización de importantes puertos del nuestro litoral, entre los que ¡oh, desgracia! no aparece el puerto de Chimbote. Hemos quedado como el puerto del olvido.
Con envidia sana que no tenemos porqué ocultar, vemos que en las obras de modernización del Muelle Sur del Callao, ahora denominado Muelle del Bicentenario, la inversión alcanza la suma de 311 millones de dólares. A continuación y con más o menos el mismo monto, figuran los puertos de Chancay, Pisco, Paita y Salaverry.
Solo para tener una idea de qué tan justificada es la inversión de la que estamos hablando, cabe precisar que el Muelle Sur del Callao registra el 28% del movimiento de exportación marítima a nivel nacional. De ese volumen, el 50 por ciento es a través de contenedores. Con esas cifras, la justificación no necesita de un mayor análisis ni de mayores explicaciones. Toda inversión se realiza ahí donde existe probada rentabilidad, garantía de retorno y sobre todo confianza.
Lo mismo que en el caso del Callao, los demás puertos que figuran en la relación también están concesionados y no tienen el menor problema ni la menor limitación para atender satisfactoriamente la demanda cada vez exigente de importación y exportación. Incluso el vecino terminal de Salaverry, a pesar del arenamiento que soporta los doce meses del año y del costoso dragado que requiere en forma permanente, aún así es un puerto rentable.
Como lo estamos afirmando líneas arriba y aunque resulte tedioso tener que reiterarlo, el olvido del que es víctima nuestro puerto no deja de llevarnos a una serena reflexión. Desde agosto del año 2013 cuando fue transferido a manos del Gobierno Regional de Ancash, el Terminal Portuario de Chimbote se mantiene en el último lugar del ranking portuario nacional, por debajo incluso de los puertos fluviales de nuestra Amazonía. Y eso no se debe solo a la falta de modernización que afecta a toda su infraestructura. Se debe más que nada a la falta de capacidad de gestión, producto de la frivolidad política y la irresponsabilidad administrativa con la que se asumió su transferencia.
Después del desengaño en el que terminó la farsa del mega puerto, se habló en forma sensata de contar primero con un estudio de pre inversión a fin de despertar el interés de la inversión privada. Otra alternativa como ésta no existe. Han pasado ocho años y el Gobierno Regional de Ancash no ha sido capaz de elaborar hasta hoy ni siquiera un borrador del referido estudio. Todo ha sido palabras, palabras y más palabras. Si el Terminal Portuario aún se mantiene con vida es porque tanto el pago su mantenimiento como el sueldo de sus trabajadores vienen de Lima.
Compartimos por tanto la opinión de su nuevo gerente general en el sentido de ponerse a pensar muy seriamente en concesionar a la inversión privada el puerto de Chimbote. Mal haríamos en perder ocho años más esperando que la modernización caiga del cielo.
De no ser así ¿qué ganaría Chimbote haciendo realidad Chinecas si toda su producción va a tener que ser embarcada por otros puertos?