El problema de la ciclovía construida por la Municipalidad Provincial del Santa no es porque se trate de una obra inútil o innecesaria. Por supuesto que no. La ciclovía es una obra útil y necesaria para Chimbote lo mismo que para cualquier otra ciudad del mundo. Lo que pasa es que aquí está mal ubicada. Invadir metro y medio de las vías de mayor tránsito vehicular como son las avenidas Pardo (Chimbote) y Pacífico (Nuevo Chimbote), es una temeridad por donde sea que se le mire. Ningún padre o madre de familia va a permitir jamás que sus hijos recorran en bicicleta esta vía. Ni locos.
Cabe recordar que toda ciclovía es utilizada no solo para ir de compras o para dirigirse al trabajo. Mayormente sirve para hacer deporte y pasar un momento de sano esparcimiento en compañía de amigos y familiares. La ciudad necesita de una obra como ésta, pero siempre y cuando esté bien ubicada y garantice total seguridad.
Si bien es cierto que la construcción de esta vía tiene por finalidad aliviar las limitaciones del tránsito vehicular causadas por la pandemia, no por eso se pueden obviar normas elementales de seguridad y criterios de funcionabilidad.
Ayer, antes de escribir estas líneas y a fin de poder opinar con la mayor objetividad posible, nos tomamos la molestia de ubicarnos una vez más a la altura del centro comercial Mega Plaza. Entre las 12.30 y 14.10 del mediodía, hora de mayor circulación vehicular, solo un ciclista utilizó la ciclovía. ¿Justifica eso la inversión de un millón y medio de soles que costó dicha obra o estamos frente a un gran despilfarro?. ¿No hubiera sido mejor rehabilitar los omnibuses del servicio Munisalud que se están oxidando en el mercado Tres Estrellas y que cada día brindaban atención a un promedio de 300 personas?.
Salvo que estemos equivocados, esta contrariedad pone de manifiesto dos grandes debilidades de la actual gestión municipal. Una de ellas es el menosprecio por la opinión de los demás. Si antes de construir la ciclovía se hubiera consultado la opinión de especialistas, concretamente sobre el tema de su ubicación, con toda seguridad otro sería el resultado. Después de todo, nada se pierde con la consultar la opinión de la comunidad pues ese es el principio que justifica el costo beneficio de toda obra que se ejecuta en su nombre. Sino ¿de qué participación vecinal podemos estar hablando?
El segundo aspecto es el verticalismo con el que se toman las decisiones y se ejecutan las obras. Tarde o temprano, este exceso de autosuficiencia conduce a muchas autoridades a perder no solo la ecuanimidad y el sentido común sino también el valioso sentido de la realidad. Con todo el respeto que nos merecen las autoridades que dirigen la Municipalidad Provincial del Santa, no está de más recordarles que nada puede ser dañino para el equilibrio de toda persona que dejarse llevar por la ceguera, la sordera y sobre todo la soberbia.