Opinión

PROGRAMAS DE APOYO PAE- MYPE, REACTIVA, FLEXIBILIDADES TRIBUTARIAS

Por: Sandra Verónica

Mera Chamorro (*)

A principios de la pandemia COVID-19, luego de haber iniciado la cuarentena obligatoria, se generó una caída importante en los ingresos de las familias y en los flujos de caja de las empresas, que dificultaba la capacidad de cumplir con sus obligaciones ya contraídas con sus trabajadores y proveedores. En esa coyuntura era urgente establecer medidas para la reactivación económica nacional, ya que se hizo evidente que muchas empresas necesitarían tener acceso a financiamiento y así cubrir su capital de trabajo debido a la caída abrupta de sus ingresos.

Por todo ello, en las primeras semanas de abril del 2020 se inicia el proceso de creación de Reactiva Perú (Decreto Legislativo Nº 1455) con la finalidad de otorgar liquidez y crédito a las empresas y al sistema financiero, previniendo el rompimiento de la cadena de pagos y así evitar un círculo vicioso de menor demanda y menor producción que conllevaría a una fuerte caída del empleo y posible quiebre de empresas.

Con todas las consecuencias posibles de no aplicarse una ayuda urgente a las empresas, el programa Reactiva Perú tenía que ser masivo y fue el primero durante la pandemia en caracterizarse por tener garantía del Gobierno Nacional de las carteras de crédito de hasta 8,4% del PBI (S/ 60 mil millones luego de su ampliación del monto inicial de S/ 30 mil millones).

Durante el tiempo que estuvo vigente el programa, tuvo algunas modificaciones y dentro de las más importantes para determinar las necesidades de financiamiento de cada empresa, se asoció el monto de préstamo a las obligaciones tributarias, las cuales se encuentran relacionadas a las necesidades de capital de trabajo. El monto del préstamo se determinó en una primera etapa según las contribuciones a EsSalud (3 meses) o las ventas declaradas a la SUNAT (1 mes) del año 2019. Posteriormente, con la ampliación de la cuarentena, en la segunda etapa del programa el monto fue ampliado a 3 meses de ventas declaradas o, para el caso de microempresas, un monto máximo equivalente a 2 meses de deuda promedio del año 2019, hasta un máximo de S/40,000.

Dentro de los principales beneficios tributarios que obtuvieron las empresas fue acceso al crédito con garantías del gobierno entre 98% y 80% para créditos hasta S/90 000 y S/10 millones por empresa con tasas de interés muy bajas que oscilaron entre 0.5% y 3.6%, todo ello con un plazo que no podía exceder a 36 meses, además con un periodo de gracia de interés y principal de hasta 12 meses. Es importante resaltar que las empresas beneficiadas no pueden utilizar el crédito otorgado para pagar obligaciones financieras, solo deben ser utilizadas como reposición de su capital de trabajo.

Si nos preguntamos si las empresas sin historial crediticio podían acceder al programa Reactiva Perú, la respuesta es afirmativa, pues en caso una empresa no haya accedido anteriormente a créditos en el sistema financiero, se consideró como categoría “normal”, y para acceder al crédito tenía que ser evaluado por una empresa del sistema financiero. Otro de los importantes beneficios del programa es que se permitió el acceso a personas naturales con negocio, sujeto a evaluación de capacidad de pago.

Si bien Reactiva Perú ayudó a muchas empresas, todavía había un gran número de medianas y pequeñas empresas que no pudieron acceder al programa, por ello, el Gobierno dispuso la creación de nuevos programas con el objetivo de brindar financiamiento especialmente a las Mypes más golpeadas por la pandemia.

Así, en el segundo semestre del 2020 nacen los programas FAE-TURISMO (Decreto de Urgencia N° 076-2020) y FAE-AGRO (Decreto de Urgencia N° 082-2020) con el objetivo de garantizar crédito para las MYPE del sector Turismo y Agricultura familiar respectivamente. Los beneficios tributarios fueron más flexibles pues ahora contaban con un plazo máximo de crédito de 60 meses con 18 meses de gracia para el sector turismo y de 12 meses con 1 periodo de gracia para el sector Agricultura. El crédito máximo para el sector turismo fue de S/750 mil y para el sector Agro de S/30 mil.

Adicionalmente ya en el 2021 se crea el Programa de Apoyo Empresarial para Micro y Pequeñas Empresas PAE-PYME (Decreto de Urgencia N° 019-2021), en este programa los beneficiados fueron MYPES relacionados al comercio, reparación de vehículos automotores y motocicletas; transporte y almacenamiento; actividades de alojamiento y de servicio de comida; información y comunicación; actividades profesionales, científicas y técnicas; artes y entretenimiento.

Los beneficios que obtuvieron las empresas con este programa es que dispusieron de fondos hasta por la suma de S/ 2.000 millones cubiertas por el estado, con créditos de hasta S/60 mil a un plazo de 36 meses y con 12 periodos de gracia.

En síntesis, las autoridades monetarias y fiscales han tenido hasta ahora un rol muy activo en la provisión de liquidez al sistema financiero y en apoyo de acceso al financiamiento a través de los programas creados. Dando resultados muy alentadores, en total con Reactiva Perú se logró dar crédito a más de 500 mil empresas de las cuales por número de trabajadores, las empresas con hasta 10 trabajadores son las que más han participado (96,2 por ciento del total de empresas y 40,7 por ciento del monto de créditos) que generan 1,1 millón de puestos de trabajo (38,9 por ciento del total). Las empresas con más de 500 trabajadores generaron 30,2 por ciento de los puestos de trabajo, y son las de menor participación en el programa (0,1 por ciento del total de empresas y 7,4 por ciento del monto total de créditos).

Es importante mencionar que algunos programas como FAE-TURISMO, FAE-AGRO y FAE-MYPE presentaron una extensión al plazo de acogimiento a las reprogramaciones de los créditos, la medida es correcta ya que todavía quedan muchas MYPES que pueden acogerse para asegurar el financiamiento de su capital de trabajo, pero dicha medida debe estar alineada con una imagen de confianza y de apertura hacia el sector privado por parte del estado, para así incentivar a que muchas MYPES puedan arriesgarse y pedir créditos; caso contrario los programas no van a tener el impacto deseado.

(*) Lic. Adm. y Estudiante de Maestría en Administración de Empresas Universidad Cesar Vallejo