Por: Walter Miguel Quito Revello (*)
En el presente artículo contaremos un caso real que padeció una familia, al tener a unos de sus miembros víctima del mortal COVID-19, el trato inhumano y casi criminal del sistema de salud, la lentitud del Estado frente a este problema y la indiferencia del Gobierno Regional de Ancash y el Gobierno Municipal Provincial del Santa. Porque quizás usted se sienta identificado con esta historia y sirva para tomar una mejor decisión al momento de elegir a nuestros gobernantes.
Para protegernos de algunas instituciones que no les gustan nuestros comentarios, y con la finalidad que no intenten que nos alcance, la Ley de protección de datos personales, Ley N° 29733, aun cuando no es así, a nuestro caso le pondremos de nombre Julián.
Hace una semana Julián de 88 años fue víctima del COVID-19, confirmado mediante pruebas. El médico de ESSALUD a cargo del COVID-19, en San Jacinto, manifestó: “Debemos trasladarlo a Chimbote, en el Hospital III, Laderas del Norte porque hay camas UCI (Unidad de cuidados intensivos), disponibles y el trato al paciente será mejor”. La familia se aferró y no dejaron que se lo llevara a don Julián por el temor de perderlo pensando que su salud mejoraría e intentaron darle los mejores cuidados en casa. Pero como avanzaba el decaimiento del paciente decidieron trasladarlo al Hospital III de Chimbote, ESSALUD. Julián ingresó al medio día del día viernes diez de febrero y en la noche como al promediar las veinte horas, un personal del hospital llama a la familia y da la noticia: “Que Julián está en el pasillo de emergencia porque no hay cama UCI” Pasado las dos horas del día once de febrero un personal del nosocomio llama y da la fatal noticia: “Que Julián ha fallecido” Y nos queda la pregunta: ¿Por qué le dijeron a la familia que había camas UCI? Si desde el 31 de enero ya había colapsado el Hospital III de Chimbote, ESSALUD y no había camas UCI para COVID-19. ¿Por qué le quitaron el derecho a la familia de llevarlo a un Hospital privado y luchar por la vida de Julián?
El hospital III de Chimbote de ESSALUD, en Laderas del Norte en la época más crítica de la pandemia contaba con una sola área UCI con ocho camas. Después, se incrementó un área UCI, con nueve camas adicionales. Es así que pasa a tener un total de 17 camas UCI con atención médica especializada. De esas 17 camas UCI o las que hubiera nos interesa saber ¿Cuántas camas UCI están operativas para COVID-19? También nos interesa saber ¿Por qué nos mienten que hay camas UCI para COVID-19, cuando no Hay?, ¿Por qué no reconocen que el Estado sigue perdiendo la guerra frente al COVID-19?. Al pésimo sistema de salud: con jubilados que mueren esperando su turno para operaciones, con programación de citas de tres a cuatro meses para medicina especialidad, con la falta de medicamento especializado para tratar enfermedades graves. Se suma el trato inhumano del adulto mayor que padece COVID-19, que son condenados a morir ante la falta de cama UCI. A Julián no lo mató el COVID-19. Lo mató el Estado, en complicidad con los funcionarios de ESSALUD III Chimbote, y los médicos que mintieron que había camas UCI cuando no lo había.
Los funcionarios del hospital III de Chimbote de ESSALUD, no son los únicos que forman parte del problema de la crisis de gobierno que vivimos en nuestra Región. Para tener una idea de quienes nos gobiernan vamos a ver el porcentaje que gastaron de su presupuesto para obras, en la provincia del Santa y la Región. Los distritos de la provincia del Santa ejecutaron su presupuesto para obras en porcentaje de: Macate 93.9%, Coishco 91.9%, Nepeña 83.9%, Santa 74.3%, Moro 70.9%, Nuevo Chimbote 68.6%, Samanco 59.1%, Cáceres del Perú 35.1%. La municipalidad provincial del Santa gasto el 24.7% de su presupuesto para obras. La región ejecutó el 69% de su presupuesto. Quizás nos marea un poco el porcentaje y para tener una idea el gobierno regional de Ancash recibió 4,500 millones de soles aproximadamente y gasto 3,105 millones de soles regresando a las arcas del Estado 1,395 millones de soles. Lo que demuestra que no tenemos buenas autoridades elegidas por el pueblo en la región y en la provincia del Santa.
Mientras el pueblo necesita hospitales, oxigeno, camas UCI, obras para reactivar económicamente, nuestras autoridades se dan el lujo de no gastar los recursos del pueblo en miles de millones de soles. Lo que más resalta de la gestión de nuestras autoridades es que son denunciados, investigados, están con mandato de prisión preventiva, fugados, sentenciados. Quizás la formula sea la ejecución de obras mediante la ARCC (AUTORIDAD PARA LA RECONSTRUCION CON CAMBIOS) que en salud viene ejecutando cinco grandes hospitales en las provincias de Huaylas, Pomabamba, Recuay, Yungay y Casma, que la construye directamente, como unidad ejecutora en Áncash, bajo la modalidad de gobierno a gobierno. Pero por ahora solo nos queda encomendarnos al creador que nos salve y nos proteja del mortal virus anta la indiferencia de nuestras autoridades.
Nepeña 12 de febrero del 2022
(*) Abogado CAS 2748