Editorial

DEL TRÁFICO DE TIERRAS AL TRÁFICO DE TÍTULOS

El calvario de los desposeídos:

Esta es también una historia de nunca acabar. En una actitud propia de quienes se sienten defraudados y no están dispuestos a seguir soportando tantas injusticias, los dirigentes del Frente de Defensa del Sector II de Nuevo Chimbote han denunciado que la Municipalidad Provincial del Santa viene entregando títulos de propiedad solo a personas allegadas a las autoridades y funcionarios de la comuna, más no a todas aquellas que se han ganado el mismo derecho. O sea que para mis amigos, todo. Para mis enemigos, nada.

Esta actitud arbitraria y discriminatoria por parte de la comuna desdice en la práctica todo lo  que se suele afirmar en discursos y ofrecimientos públicos. Algo raro debe estar ocurriendo en el proceso de titulación para que una vez más se haya producido este desagradable pero contundente trascendido.

Cuando de conveniencias políticas se trata, nada puede rendir mejores réditos que sacar provecho de la entrega y la titulación de un lote de vivienda. Como lo hemos visto  a lo largo de los últimos doce años, tanto las invasiones de tierras del estado como el ofrecimiento de la entrega de títulos de propiedad, tienen en común la virtud de proporcionar a cualquier candidato el máximo  provecho político. Con mayor razón cada vez que se avecina un proceso electoral.

La entrega de constancias y  títulos de propiedad, lo mismo que el reparto de alimentos y otras prebendas, ya no son casuales ni tampoco gratuitos. Los señores candidatos han convertido esta vil estrategia en una poderosa arma publicitaria que tiene una cotización muy alta en el mercado electoral.  La mayoría de ellos han llegado a la conclusión de que, para ganar votos, mucho mejor que invertir en propaganda radial o televisiva es emplear esta estrategia. Según ellos, la mejor publicidad es aquella que actualmente llega a través del estómago o de un título de propiedad.

Y eso es exactamente lo que acaban de denunciar los dirigentes del Frente de Defensa del Sector II de Nuevo Chimbote. Por todo lo que se ha visto y se sigue observado, es cierto que muchos funcionarios de la comuna provincial, especialmente del área de desarrollo urbano, abonan el camino para direccionar el otorgamiento de estos documentos. En más de una oportunidad, responsables de esta área municipal  han terminado en el penal de Cambio Puente por incurrir en este tipo de favores.

Debe haber sido a partir de estos antecedentes que el ministerio de Vivienda se vio en la obligación de interponer sus buenos oficios que el proceso de titulación de las 308 y 217 hectáreas sea asumido por COFOPRI y no precisamente por la comuna provincial. Las cosas claras y el chocolate espeso.

Con una campaña electoral ad portas, no tiene porque llamar la atención que algunos candidatos y agrupaciones políticas hayan puesto la puntería al proceso de titulación.  Pero en vista que los hilos de la telaraña que envuelven a este proceso se mueven desde los escritorios  de la comuna provincial, es ahí a donde está dirigida la queja de los dirigentes vecinales. Razones no les falta.

Miles de familias desposeídas que durante doce años han tenido que soportar el tráfico de tierras, no tienen porque soportar ahora al tráfico de títulos.