Editorial

DESAPROBADO EN EDUCACIÓN

Gobierno regional:

Dentro de siete días,  cuando todos los planteles del país  reinicien las clases presenciales después  de dos años de forzada ausencia, los alumnos del colegio  88417, Los Constructores de  Nuevo Chimbote, no tendrán la alegría de reencontrarse con sus compañeros en las aulas de su propio plantel. De acuerdo con lo declarado por el director de  esta institución educativa, eso no será posible porque los trabajos de reconstrucción a cargo del gobierno regional de Ancash no han concluido  dentro del plazo establecido, lo que obliga a tener que adoptar alguna medida de emergencia  para salir temporalmente del apuro. Ello no obstante, ninguna autoridad ni funcionario  del entre regional se ha tomado la molestia de brindar a la comunidad una explicación sobre el particular.

Debido a las  mismas razones y circunstancias, este mismo problema lo tendrán que enfrentar desde este lunes los alumnos del colegio Santo Domingo de Guzmán del distrito de Tauca, cuya obra de reconstrucción, también a cargo del gobierno regional de Ancash, se halla inexplicablemente  paralizada desde hace cuatro años. Ésta se inició a comienzos del 2018 con el compromiso de concluirla en el 2019, pero ya estamos en el 2022 y así como están las cosas todo indica que, en el mejor de los casos, todavía tenemos para un año más.

Conforme lo han dicho con resignación los directores de ambas instituciones educativas, la  única alternativa que tienen para no perjudicar el reinicio de las clases, es la ocupación de algunas aulas prefabricadas o, en su defecto, hacer la gestión para que los alumnos asistan en calidad de encargados a otros planteles vecinos. Es decir, se repite la historia de siempre. Pues eso significa  una serie de incomodidades y contratiempos, pero no para los despreocupados funcionarios del gobierno regional, sino para los pobres alumnos y profesores.

Mientras tanto, con más de  medio siglo de antigüedad, la reconstrucción  del Politécnico Nacional del Santa, que viene siendo anunciada desde hace más de cinco años, hasta hoy no tiene una fecha de inicio ni siquiera aproximada. Ello debido a que la elaboración del expediente técnico, sin el cual  no se puede echar a andar la obra, ya lleva más de cinco años en manos del gobierno regional de Ancash sin ser concluida. Recientemente  el plantel ha recibido la visita de varios congresistas y de altos funcionarios del gobierno central, incluyendo la del propio presidente de la República pero mientras no se concluya  el expediente técnico, todo quedará en palabras, palabras y más palabras.

Asimismo y con más de cincuenta años de antigüedad, los emblemáticos planteles Inmaculada de la Merced  y  Manuel Gonzales Prada también se encuentran  en  la lista de espera para la reconstrucción de su ya vetusta y peligrosa infraestructura. Pero a diferencia de lo que sucede con la reconstrucción de otros planteles, los profesores y padres de familia, tanto de la Inmaculada como del Gonzales Prada, han adelantado su propuesta para que la unidad ejecutora de las obras de reconstrucción ya no sea el gobierno regional de Ancash sino directamente el Programa Nacional de Infraestructura Educativa, PRONIED.   Es posible que, frente a todo lo que viene sucediendo, razón no les falte.

Sin lugar a dudas, el  caso que mejor ilustra la forma cómo el gobierno regional de Ancash asume el compromiso que tiene con el sector educación, es la obra de reconstrucción del también emblemático plantel Víctor Andrés Belaunde. Iniciada en el 2011 con el plazo de ejecución de tan solo un año, la obra ha sido concluida recién a fines del 2021. ¡Diez años después!.

Cualquier apreciación al respecto solo puede conducirnos a una ingrata pero al mismo tiempó insoslayable conclusión: en materia de educación, el gobierno regional está desaprobado.