Editorial

EL CUARTO PASAJERO AÚN TIENE QUE ESPERAR

Tan pronto como el gobierno central flexibilizó algunas restricciones de bioseguridad y, entre otras medidas, autorizó ampliar al cien por ciento el aforo en determinados locales y establecimientos de concurrencia masiva, los choferes de los autos colectivos de servicio  público  interpretaron esta disposición a su manera y, como siempre, buscando su propio beneficio. Sin más pérdida de tiempo y sin pensarlo dos veces, los colectiveros empezaron a llevar, como antes, cuatro pasajero por viaje, uno en el asiento delantero y tres en el asiento posterior; como si todo hubiese vuelto a la normalidad.

Como era de esperar, este ilegal y abusivo comportamiento tampoco tardó en generar la reacción de los pasajeros. El cien por ciento del aforo todavía no está permitido en el caso de los autos colectivos. De ahí que, al no tener ningún argumento para justificar lo injustificable y haciendo uso de su principal arma de defensa como es la prepotencia, cada vez que se produce este reclamo los conductores no tienen el menor reparo en detener  el vehículo a medio camino y, de la manera más ruin y descarada, decirle al reclamante que aborde otro vehículo o en su defecto asuma el pasaje del cuarto pasajero. Para nada importa si quien hace el reclamo es una dama o una persona de la tercera edad.

Ha sido ante las numerosas quejas motivadas por esta innoble y deshonesta actitud, que el gerente de transportes de la municipalidad provincial del Santa se ha visto obligado a tener que hablar claro y poner las cosas en su lugar. Lo primero que ha hecho el funcionario municipal es negar que el gobierno central y la municipalidad provincial del Santa hayan autorizado el cuarto pasajero.  Eso es completamente falso. La obligación para que cada colectivo lleve un pasajero adelante y solo dos atrás, se mantiene inalterable.

En este momento, cualquier cambio que pudiera  tener dicha disposición, equivaldría a traer por los suelos todos los protocolos de bioseguridad y generar al mismo tiempo una serie de acciones legales no solamente contra los choferes infractores sino también contra la autoridad que lo permita.  Cualquier variación total o parcial de esta norma solo puede ser autorizada por el ministerio de Salud. Y eso únicamente se sabrá a través de una resolución o un  aviso de servicio público. Cosa que aún no se ha producido.

Sabemos que la tendencia a la indisciplina y al incumplimiento de las normas, es algo que sigue imperando en los predios del servicio de transporte público, particularmente por parte de los informales, donde los conductores anteponen sus intereses de lucro  frente a los derechos de seguridad del pasajero.

No está demás, por eso, que así como la Policía Nacional  ha restablecido el servicio de patrullaje en las calles, el mismo que todos saludamos, también reanude los operativos en el servicio de transporte público que, como bien recordamos,  dieron un excelente resultado durante los primeros días de la pandemia. Con mayor razón, ahora que se viene el reinicio de las clases presenciales.

No solamente los choferes del servicio público, en general todos queremos que vuelva la normalidad, que todo vuelva a ser como antes. Pero por desgracia la pandemia todavía convive con nosotros y sigue cobrando víctimas. Le cueste a quien le cueste, el cuarto pasajero aún tiene que esperar.