Exigen que Ministro de Producción intervenga:
Samanco atraviesa una severa crisis económica agudizada por la escasez de recursos marinos en la bahía. Pero las principales asociaciones de pescadores de la zona señalan un elemento adicional: las malas prácticas de Pesquera Casamar, que se ven agravadas por el olvido del Estado.
César Díaz Gastelú, presidente de la Asociación de Pescadores Artesanales y Armadores Almirante Miguel Grau Seminario, sufre ese problema cotidiano junto con sus compañeros. Explica que además de la crisis económica por la falta de pesca, se ven obligados a pagar precios antojadizos por uso del muelle que administra la gerencia de pesquera Casamar, a cargo de José Arturo Boluarte Gylling. “El complejo fue privatizado y ahora nos imponen tarifas abusivas. Boluarte hace y deshace en las instalaciones, incluyendo el muelle. No sabemos si pagó en su totalidad el precio de lo que cuesta, pero lo cierto es que nosotros somos los perjudicados. Por eso pedimos al Ministerio de la Producción que se siente con el señor a negociar y que nos apoyen” reclama el dirigente pesquero.
Sandro Elmer Salvador Huamán, Vicepresidente de la Asociación de Pinteros y Releros, tiene una opinión similar y lamenta que el actual administrador del muelle, el señalado empresario José Boluarte Gillyng -a cargo de la compañía Casamar-, desconozca una cláusula de la época de la privatización que autorizaba el ingreso libre de los pescadores artesanales al muelle.
Díaz y Salvador coinciden en la necesidad de una nueva infraestructura para carga y descarga, que dé impulso a la localidad. “Pero no hay que olvidar que el verdadero problema es que el muelle que usa ahora Casamar era parte de un complejo pesquero del Estado -y por tanto de todos nosotros. Pasó a manos privadas dándonos la espalda a los verdaderos hombres de mar”. A la vez agrega: “Ese complejo pesquero deberíamos usarlo en la temporada de calamar, machete, cachema, etc. Esos recursos ahora los vendemos a 3 soles, pero si le damos valor agregado los podríamos vender a 12 soles kilo, que es su precio real en un mercado”.
El dirigente también exige la presencia del Ministerio de la Producción para vigilar el respeto a las tallas mínimas del pescado, así como la intervención del Ministerio del Ambiente y la Fiscalía Ambiental para hacer frente a la contaminación que causan las empresas pesqueras, maricultoras, embarcaciones de cortina y arrastre que infrinjen las normas dentro de la zona. “Las naves llamadas ´vikingas´ entran a la bahía y barren con todo. Luego llegamos nosotros y no nos han dejado nada. Es una depredación total”, explica.
Además de dirigirse al Ministro de la Producción y al Director General de Pesca Artesanal para lograr el apoyo urgente con víveres, los dirigentes también hicieron un llamado al alcalde de Samanco, Arturo Yermain Molina Haro, para iniciar obras municipales que les puedan dar un trabajo e ingreso temporales para solventar los gastos de las familias.
Juan Salinas Cadillo -pescador de ese distrito- agrega algo más: “No hay recursos, la gente no tiene para sustentar a sus familias. Los botes están parados y no queda ni para el combustible. Invertimos en petróleo o gasolina, pese a sus precios, y traemos solamente dos o tres pescados. Además de una invasión de malaguas, sufrimos la terrible contaminación del litoral samanqueño. No queda ni para comer. Somos más de 400 pescadores artesanales y esto ya es un problema social. Debemos enfrentar los gastos por el retorno a clases presenciales de nuestros hijos y la lenta reactivación de la economía causada por la pandemia. La situación económica es caótica”, resalta.