Cierto:
Los casos de corrupción todavía sacuden el andamiaje del gobierno regional de Ancash, pero también es cierto que fue durante la gestión del encarcelado ex presidente regional César Álvarez Aguilar cuando estos casos alcanzaron su máxima expresión. Todos hemos sido testigos de cómo, con la misma agresividad de un cáncer generalizado, la corrupción logró apoderarse por completo de la cabeza, el tronco y las extremidades de todo el aparato regional. Y esto no es cuento ni exageración alguna. En el ranking que maneja la Contraloría General de la República, Ancash continúa ocupando el segundo lugar entre las regiones más corruptas del país, antecedida muy estrechamente solo por la región Lima-Callao.
A propósito, uno de los incontables casos de corrupción que se produjo en aquella época tuvo que ver con dos canales de irrigación ubicados en el sector Cascajal, cuya construcción demandó un presupuesto de 2 millones y medio de soles. Claro que, en comparación con el monto asignado a otras obras, este presupuesto podría parecer insignificante, pero no por eso escapó a la voracidad de funcionarios regionales que se solían coludirse con empresas constructoras para repartirse la mejor parte de la torta.
Hace unos días, una empresaria del sector construcción y una ex funcionaria del gobierno regional, que se coludieron para beneficiarse con esta obra y que ya habían sido sentenciadas a dos años de prisión suspendida, acaban de ser merecedoras de otra drástica sanción. Por haberse negado a pagar una reparación civil de 100 mil soles, el Poder Judicial las ha sentenciado a 4 años de prisión efectiva que debe cumplirse en el penal Cambio Puente. Como es público conocimiento, en este mismo caso de corrupción aparecen involucrados la ex gerenta de la Sub Región Pacífico, Pamela Bermúdez Rodríguez, quien se mantiene prófuga de la justicia, y el ex funcionario de esa misma dependencia, Edward Salgado Olivo, quien ya cumplió su condena de prisión.
Casos como éste, reviven en nuestros recuerdos la historia negra que aparece escrita en las páginas del gobierno regional de Ancash. Sin excepción alguna, todas las obras de esta historia se manejaban bajo una misma modalidad. Desde mucho antes de la elaboración del expediente técnico, pasando por la convocatoria a licitación y terminando con la respectiva adjudicación, ya se sabía de antemano que empresa o contratista terminaría haciéndose cargo de la obra. Todo estaba perfectamente arreglado.
El problema vendría después debido a las incongruencias entre el expediente técnico y el proceso de ejecución, las cuales no se preveían a tiempo debido al apuro que había por adjudicar la obra y firmar el contrato. Esa es la razón por la que ahora existe un sinnúmero de obras abandonadas, sobrevaloradas y mal ejecutadas, que hablan por sí mismas.
De ahí que otra de las razones por las que el cáncer de la corrupción ha vuelto a cobrar actualidad, tiene que ver con la proximidad de las elecciones regionales y municipales que se llevarán a cabo en octubre próximo. Resulta que en el escenario de este nuevo proceso electoral, también han vuelto a aparecer no solamente los mismos candidatos, sino también los mismos operadores y los mismos financistas, quienes como siempre suelen trabajar desde la sombra.
Entre ellos se puede ver a conocidos personajes de la política regional, quienes incluso antes de las elecciones internas ya se habían autoproclamado candidatos. Luego de no haber tenido ni para pagar la combi, ahora recorren la región a bordo de modernas camionetas que nadie sabe cómo han llegado a sus manos. Bien dicen que en política los favores se pagan por adelantado. Si la historia volviera a repetirse, entonces se confirma que, igual que la mala hierba, la corrupción se mantiene vivita y coleando. En todo caso, solo está cambiando de pollera.