Diócesis de Chimbote:
Como lo ha dado a conocer el Diario de Chimbote en sus ediciones de anteayer y ayer, en un tono visiblemente dramático el secretario general del Sindicato de Motoristas, Oficiales y Pescadores de Chimbote, Alcides Herrera Inga, ha hecho dos invocaciones que, a su vez, tienen que ver con dos graves problemas que enfrenta en estos días la actividad pesquera de Chimbote. A través de estas líneas, consideramos que el pedido hecho por el dirigente laboral no puede pasar por desapercibido.
La primera invocación está dirigida al ministerio de la Producción y es para que este organismo suspenda la temporada de pesca de anchoveta debido a la abundancia de especímenes en edad juvenil que se viene capturando en forma indiscriminada. Para el ciudadano común y corriente no hace falta acudir a los informes de IMARPE para darse de cara con esta inquietante realidad. En los mercados de la ciudad, se puede ver a diario que las amas de casa compran a precio de ganga anchoveta que no supera los diez centímetros de largo. Eso se llama depredación.
En términos de impacto biológico, esta acción depredatoria rompe la cadena evolutiva de la especie toda vez que pone en peligro la supervivencia de una nueva generación. Eso lo saben perfectamente los funcionarios de PRODUCE e IMARPE, así como también los propietarios de las embarcaciones pesqueras y por supuesto los señores industriales. Pero todo parece indicar que, muy a pesar de las advertencias que reiteradamente hacen los hombres de mar, lo que más interesa es completar las cuotas de pesca y exportación de harina a cualquier costo.
La segunda invocación que ha formulado el dirigente de los motoristas está dirigida al Capitán de Puerto de Chimbote, comandante AP Samuel Namihas Castro. Sin darle tantas vueltas al asunto, el hombre de mar le ha pedido a la primera autoridad portuaria de Chimbote que suspenda el otorgamiento de zarpes a todas las embarcaciones pesqueras, ello debido al oleaje anómalo y las malas condiciones del mar.
Con toda la experiencia adquirida en su largo trajinar, el dirigente ha puntualizado que en este momento las condiciones del mar ponen en peligro la integridad de la tripulación a bordo. En su opinión, la preservación de la vida humana debe mantenerse por encima de cualquier otra consideración o contingencia.
En situaciones como ésta, la opinión de los motoristas es un indiscutible llamado a la reflexión. Al píe del motor, son ellos quienes toman el pulso del comportamiento del mar. Conocen de sus secretos y saben que con el mar no se juega. Al mar se le respeta. Deseamos por eso que los pedidos que ha formulado el señor Alcides Herrera Inga tengan eco y ojalá no caigan al fondo del mar.
Sabemos que todas las normas y disposiciones relacionadas con la actividad pesquera, se adoptan detrás de un escritorio luego de tenerse en cuenta muchas consideraciones de carácter técnico, científico y legal. Eso, desde luego, no exime que en algunas ocasiones también se tenga en consideración la voz de la experiencia.