Editorial

SIN MOTIVO PARA CELEBRAR

Aniversario de Hospital Regional:

Sin mayor trascendencia y sin el júbilo de otros años,  el pasado martes 11 se cumplió el 41° aniversario de inauguración del Hospital Regional  de Chimbote, considerado el centro de salud más emblemático de la zona costa de Ancash. Construido durante los últimos años de la dictadura militar 1968-1980, el nosocomio fue inaugurado el 11 de octubre de 1981 por el presidente de la república Fernando Belaunde Terry. Para identificarlo, se eligió el nombre del ilustre médico e investigador  ancashino Eleazar Guzmán Barrón, nacido el 18 de septiembre de 1899 en el distrito de Huari y fallecido el 26 de junio de 1957 en la ciudad de Chicago (EE.UU).

Las cifras de las que hemos podido disponer, dan cuenta que, potencialmente hablando, el nosocomio está al servicio de una población estimada en medio millón de habitantes.  Esta considerable población pertenece a las provincias de Pallasca, Santa, Casma y Huarmey, así como a las localidades de otras provincias ancashinas situadas en la denominada cuenca del Pacífico,  que por razones de acceso vial tienen mayor vinculación con Chimbote.

Algo que se dijo desde el mismo día de su inauguración,  sigue siendo motivo de comentario hoy en día. Tras 41 años de funcionamiento, no deja de causar inquietud y desconcierto comprobar que el hospital regional de Chimbote jamás ha estado implementado y operativo al cien por ciento.  Antiguos servidores, afirman que  hasta este momento solo se utiliza el 50 por ciento de su capacidad potencial. Se dice asimismo que existe una enorme área para futuras ampliaciones

El hospital regional no solamente carece de médicos especialistas,  sino también de equipos e instalaciones apropiadas capaces de  satisfacer,  de igual a igual, la creciente demanda del servicio. Con todo el dolor que trajo consigo la pandemia del covid-19, fue esta prueba de fuego la que se encargó de poner al desnudo estas y otras limitaciones.

Según nuestras mismas fuentes, una de las cosas que mejor ilustran esta cruda realidad es lo que sucede con la sala de emergencia. Después de 41 años de funcionamiento, esta importante área, a donde acuden diariamente decenas de personas, solo cuenta con seis camillas para adultos y otras seis para niños. Como para no creerlo.

Pero eso no es todo. Desde el momento en que comenzó la pandemia, y todo parece indicar que hasta el día de hoy, virtualmente el hospital regional se ha convertido en sala de partos de ruidosos escándalos de corrupción. Millones de soles han ido a parar a los bolsillos de funcionarios corruptos del gobierno regional,  afectando de manera inhumana la implementación de ambientes, la compra de equipos y la propia prestación  del servicio de salud.

Por más de una razón, estos malos recuerdos han empañado la celebración del 41° aniversario de este nosocomio, no dando motivos por ahora para una merecida celebración. Para otra vez será.