Editorial

TURISMO, LA ÚLTIMA RUEDA DEL COCHE

El viernes de la semana pasada, la Fiscalía de Prevención del Delito de la Provincia del Santa, ofreció una charla de orientación de los conductores de hoteles y establecimientos afines con la finalidad de capacitarlos en la prevención  y erradicación del delito de trata de personas, conocido comúnmente como prostitución clandestina. Esta acertada y necesaria iniciativa se da ante la proliferación incontrolable de esta ilícita actividad que, como se sabe, es promovida por mafias que precisamente han elegido como centro de operaciones a varios de estos establecimientos, ahora convertidos virtualmente en casas de cita.

A pesar de los continuos operativos que realizan el servicio de serenazgo y la Policía Nacional, la trata de personas es una actividad que se mantiene en aumento, siendo necesario por tanto que las instituciones comprometidas actúen tan pronto como puedan para que la cosa no se salga de control.

A la cita convocada por la fiscalía también asistieron representantes de la Municipalidad Provincial del Santa y de la Dirección de Migraciones del Ministerio del Interior, instituciones que tienen  mucho qué ver en la solución de este grave problema. Mientras la municipalidad está en la obligación de garantizar la seguridad ciudadana, el orden urbano y la imagen de la ciudad, la participación de la Dirección de Migraciones resulta indispensable para identificar a las personas de procedencia extranjera, que llegan a Chimbote arrastradas por las mafias de explotación.

Sin embargo, lo que no se explica hasta ahora es porque no asistió a esta importante cita ningún representante de la Dirección Sub Regional de Turismo con sede en Chimbote, organismo que, como ente rector de la actividad hotelera,  también tiene directa responsabilidad en esta problemática. De conformidad con la Ley 29408, Ley General de Turismo, y el Decreto Supremo N° 001-2015/MINCETUR, Reglamento del servicio de Hospedaje,  corresponde a esta dependencia regional calificar y supervisar en forma permanente el funcionamiento de hoteles y establecimientos afines.

Pero  resulta que desde hace ya varios años, la presencia y la labor de la Dirección Sub Regional de Turismo de Chimbote, pasa completamente desapercibida. Si esta dependencia cumpliera su labor a cabalidad, otra sería la calidad del servicio que ofrecen en este momento no solamente los hoteles sino también las discotecas, los restaurantes, los tragamonedas y demás locales que conforman el rubro de establecimientos de servicios turísticos.

No se trata solamente de sancionar una infracción después que ésta se comete. Tanto o más importante que eso es capacitar previamente a los empresarios del rubro para evitar que se cometa una infracción. Y eso es precisamente lo que hace tiempo debe hacer la Dirección Sub Regional de Turismo, en todo caso con el apoyo de la Fiscalía de Prevención del Delito, la municipalidad y otras instituciones.

Lamentablemente el gobierno regional sigue insistiendo en colocar al frente de la Dirección Sub Regional a personas recomendadas que no poseen la más mínima formación profesional ni experiencia en turismo. Por eso, la presencia y la labor de esta dependencia son completamente intrascendentes. Mientras en cualquier ciudad del mundo el turismo es hoy por hoy la gallina de los huevos de oro, aquí en Chimbote continúa siendo la última rueda del coche.