A propósito del P-TAR II:
Lo que vamos a comentar no es nada nuevo; es algo que se remonta a los albores de la civilización pero que jamás pierde vigencia. Por encima de ciertas formalidades burocráticas e inclusive de algunos procedimientos legales, es la cuota de voluntad política la que finalmente inclina la balanza y juega un papel decisivo para que un gobierno asuma una determinación fundamental y haga o deje de hacer algo. Muchos proyectos pueden quedarse para siempre a mitad de camino o definirse de un día para otro, dependiendo exclusivamente del lado al que se inclina la voluntad política.
Un ejemplo. Ha sido como resultado de este factor determinante, que el 20 de diciembre de 1984 el gobierno del presidente Fernando Belaunde Terry promulgó la Ley 23733 que crea la Universidad Nacional del Santa. Lo hizo porque tanto el poder legislativo como el ejecutivo coincidieron en escuchar el clamor de alumnos, padres de familia y trabajadores que no se cansaban de recorrer las calles de Chimbote reclamando a viva voz la creación de esta casa de estudios superiores.
Pero en contraposición a este logro, también es cierto que por falta de voluntad política el proyecto de irrigación Chinecas no tiene cuándo se haga realidad. Después de tres décadas de marchas, contramarchas y politiquería, recién ahora se sabe que ni siquiera existe un estudio técnico convincente capaz de sustentar la viabilidad del proyecto, ya que tampoco existe un consenso para definir si la bocatoma va a ser única o compartida con el proyecto Chavimochic. Es decir, no se sabe ni por dónde empezar.
Pero ahora, vayamos a otro proyecto que se encuentra prácticamente en la puerta del horno. Como lo hemos adelantado en nuestras ediciones del sábado y lunes último, la necesidad de una cuota de voluntad política ha cobrado actualidad a raíz del avance en el que se encuentra el trámite para el financiamiento y ejecución de la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales, P-TAR II. Si hasta el 15 de diciembre, la burocracia gubernamental no aprueba el expediente de endeudamiento externo que se requiere para este proyecto, todo lo que se ha avanzado hasta el día de hoy podría quedar en nada, con el riesgo adicional de perder el préstamos de 80 millones de euros (350 millones de soles)que ha ofrecido formalmente el banco alemán KFW.
Gracias a la diligencia de la congresista Lady Camones, el ministro de Economía y Finanzas Kurt Burneo se comprometió a trasladar el expediente a la Contraloría General de la República, a más tardar ayer martes. El informe de este organismo, es fundamental para garantizar la firma del contrato ya que así lo establecen las leyes de la república y los respectivos acuerdos internacionales. Pero según se ha podido conocer, la emisión de dicho informe requiere de una evaluación de por lo menos dos semanas de duración felizmente ayer, mientras redactábamos este comentario, se confirmó que el MEF ya cumplió con derivar el expediente a la Contraloría.
En esta lucha contra el tiempo, la cuota de voluntad política es más que crucial y, como bien sabemos, la posibilidad de contar con esa cuota está en manos de los cinco congresistas ancashinos. Sin embargo, con la solitaria excepción de Lady Camones, los otros representantes de Ancash no han mostrado el menor interés en la suerte que pueda correr la ejecución del P-TAR II. Por lo que se puede advertir, lo mismo les da que el pan se queme en la puerta del horno. Aunque ayer llegaron sendas notas de prensa de los despachos de Elías Varas, sobre el tema.
En este contexto, es realmente lamentable la actitud de algunos representantes parlamentarios ancashinos frente al derecho que tienen los pobladores de Chimbote y Nuevo Chimbote a una mejor calidad de vida. ¿Tanto puede el egoísmo político y el tráfico de influencias?. ¿Para eso pidieron el voto de los ancashinos?. Si se lo propusieran, la voluntad política de la que disponen también podría mover montañas. Solo es cuestión de fe y lealtad.