Los hechos dicen más que mil palabras y así lo pone en evidencia la noticia que publicó este medio de comunicación en octubre del año pasado. Ocurrió una noche cuando varios padres y madres de familia del sector P-PAO de Nuevo Chimbote, intervinieron y mantuvieron retenido a un conocido vendedor de droga del lugar quien fue sorprendido cuando ofrecía este producto a un grupo de menores de edad. De más está decir que la actitud de los padres y madres de familia era una respuesta a la necesidad de autodefensa y seguridad ciudadana, que los pobladores se ven en la obligación de asumir por propia iniciativa, todo ello ante el incontenible aumento de la delincuencia.
Continuando con la narración, sin mayor pérdida de tiempo los vecinos se comunicaron con efectivos de la Comisaría de Villa María para pedirles que acudan de inmediato y se lleven detenido al micro comercializador; pero grande fue su decepción cuando los efectivos policiales les respondieron que en ese momento era imposible acudir a su llamado.
Por increíble que pudiera parecer, la Comisaría de Villa María no contaba en ese momento con ningún vehículo policial a su servicio. Cierto, de las cinco unidades vehiculares asignadas a esta dependencia policial, solo dos de ellas se hallaban medianamente operativas. Las tres restantes estaban malogradas y destartaladas frente al local, ofreciendo un espectáculo denigrante que ya es común en casi todas las comisarías de la provincia del Santa. Como resultado de esta situación, el vendedor de droga siguió haciendo de las suyas ante la impotencia de los vecinos. Más pudo la delincuencia que la seguridad de la ciudadanía.
Este hecho, desde luego, no es aislado. Sucede a menudo en todas las comisarías y puestos policiales de Chimbote, Nuevo Chimbote y demás distritos de la provincia. Patrulleros es lo que más hace falta y esa es una de las razones por la que los índices de delincuencia aumentan cada día.
Este fue precisamente el tema central que se trató en la reciente reunión del COPROSEC. Los alcaldes los ocho distritos de la provincia del Santa y demás autoridades que conforman este organismo, acordaron por unanimidad solicitar al Gobierno Regional de Ancash que acelere la firma del convenio con el Ministerio del Interior para la compra de 200 patrulleros. Para eso, como se sabe, el gobierno regional cuenta con el presupuesto correspondiente.
Para no caer en más dilaciones de tiempo e ir al fondo del asunto, se acordó que cada municipalidad afine sus planes y perfiles en materia de seguridad a fin de formular una petición consolidada y técnicamente sustentada.
Como lo ha demostrado lo sucedido en el P-PAO, la falta de presencia policial ha llegado a límites inadmisibles y eso solo se puede revertir a partir de un mejor equipamiento policial. Es hora de fortalecer la labor de patrullaje en las calles para evitar que la delincuencia siga riéndose de la seguridad ciudadana.