Editorial

CERO EN GESTIÓN REGIONAL

Si  se tendría que calificar la gestión que el gobierno regional de Ancash viene realizando hasta este momento, dicha calificación no podría ser otra que un humillante pero bien merecido cero. Para arribar a esta conclusión, es necesario que empecemos por tener en cuenta la situación del Terminal Portuario de Chimbote. Después de diez años de haber sido transferido al gobierno regional de Ancash, sin haber logrado en todo este tiempo dar un solo paso hacia la modernización y competitividad, la agencia estatal  PROINVERSIÓN ha confirmado que tiene en cartera la propuesta de dos grupos de inversionistas extranjeros que están decididos a asumir la modernización y operación de esta infraestructura.

Aunque parezca mentira, en los diez años que ya lleva en manos del gobierno regional de Ancash,  las instalaciones del terminal portuario siguen siendo las mismas que tuvo esta infraestructura cuando fue construida hace setenta años por la Corporación Peruana del Santa. Demás está decir que en esas condiciones es imposible hablar de competitividad y así lo demuestra el hecho de seguir ocupando Chimbote el último lugar del ranking nacional en cuanto a movimiento portuario de importación y exportación.

En declaraciones,  el director ejecutivo de Proinversión aseguró que las gestiones para hacer efectiva la modernización del puerto de Chimbote, se encuentran bastante avanzadas, incluso a nivel de embajada. Eso nos una idea de la importancia que, a pesar de haber perdido diez años en manos del gobierno regional de  Ancash, el terminal portuario de Chimbote mantiene su atractivo frente a la inversión extranjera.

Según lo ha adelantado el jefe de Proinversión, en este cometido se cuenta con la intervención y respaldo del ministerio de Transportes y Comunicaciones  a través de la Autoridad Portuaria Nacional. Cosa curiosa, para nada se menciona al gobierno regional de Ancash. Quizá se deba a que, en ocasiones como ésta, los intereses de la nación están por encima de todo.

Por otra parte, luego de permanecer diez años en manos del gobierno regional de Ancash, el gerente de este organismo acaba de anunciar que el proyecto para la construcción del nuevo Hospital La Caleta ha vuelto a fojas cero. Eso quiere decir que todo lo que se ha hecho y todo lo que se ha gastado en nombre de este proyecto en los últimos diez años, finalmente no sirve para nada.  Como lo ha señalado el alto funcionario, volver a fojas cero significa  realizar  un nuevo estudio de pre inversión, elaborar un nuevo expediente técnico y, posiblemente, tener que pensar en un nuevo terreno, libre de las complicaciones físicas y legales que presenta el terreno del pueblo joven  Dos de Mayo.

Y como para colocar la cereza en la torta, el  último fin de semana el pleno del Consejo Regional de Ancash aprobó por amplia mayoría la firma de un convenio con PROINVERSION para, también, empezar desde cero  la gestión del Proyecto Especial Chinecas.

En todo el tiempo que este proyecto se encuentra bajo la administración del ente regional, no ha sido capaz de dar un solo paso adelante. Más de 3 mil hectáreas de su propiedad se encuentran en poder de invasores y ocupantes informales, en tanto que la única actividad trascedente y cotidiana a la que se dedican sus funcionarios es el retiro de sifones, tuberías y motobombas que los invasores utilizan para sustraer agua del canal principal. Más es el tiempo que los funcionarios dedican a esta inútil tarea que el que emplean los invasores en volver a colocar dichos implementos. Mismo juego de pimpón.

Lo que viene sucediendo con estos tres proyectos ya nos obligó en más de una oportunidad a tener que plantearnos una inevitable interrogante: ¿de qué desarrollo regional se puede hablar en estas condiciones?. ¿No hubiera sido mejor que, tanto Chinecas como el Terminal Portuario, siguieran en manos del gobierno central?. No solamente se hubiera evitado la pérdida de dinero y tiempo valioso. También se hubiera evitado la pérdida de confianza y credibilidad.

En el campo de gestión pública, volver a fojas cero es aceptar la falta de capacidad. Es empezar de nuevo después de haber dado miles de vueltas en el mismo sitio. Y eso tiene como añadido una clamosa falta de identidad y compromiso por parte de las autoridades y funcionarios del gobierno regional. ¿Dónde está el equipo de técnicos y profesionales capaces, del que tanto se habla cada vez que hay elecciones regionales?. Obtener cero en gestión regional no es una equivocación. Es falta de capacidad.