Editorial

NEGOCIO REDONDO

Invasiones:

Ya sea por los dividendos  políticos o lucrativos que están de por medio, lo cierto es que la invasión masiva de las tierras de propiedad de Chinecas continúa fortaleciéndose  como  un gran negociado. Con mayor razón cuando podemos ver con incredulidad  que detrás de esta acción ilegal no solamente está  la participación muy bien organizada de mafias de traficantes, sino también la mano de algunas autoridades que promueven, avalan y sacan provecho político de esta situación.

Precisamente las tres más grandes invasiones  que ha sufrido el proyecto de irrigación Chinecas se han llevado a cabo al amparo de este ilícito y desleal  aprovechamiento.  En el 2010, en plena campaña de reelección, el ahora encarcelado ex presidente regional César Álvarez Aguilar promovió la invasión de 600 hectáreas del proyecto Chinecas  en la zona Camino Real de Casma y 308 hectáreas al sur de Nuevo Chimbote; prometiendo en ese momento a los invasores la inmediata titulación de sus viviendas así como la instalación  de agua, desagüe y electrificación.

Asimismo, a fin de obtener el mayor beneficio político con el aprovechamiento de los bienes del estado,  no tuvo el menor escrúpulo  en bautizar con el nombre de “César Álvarez Aguilar” a la invasión de Casma y con el de “Tierra Prometida” a la de Nuevo Chimbote. Sin embargo, tan pronto como ganó la reelección, se olvidó por completo de todo lo prometido.

Tres años después, el ahora prófugo ex alcalde de Nuevo Chimbote  Valentín Fernández Bazán, no se quiso quedar atrás. De un día para otro, promovió la invasión de otras 217 hectáreas de Chinecas que terminaron por ponerle la cruz al proyecto de irrigación, pues  ahuyentó por completo todo intento de inversión privada.

A diferencia de lo sucedido con las invasiones promovidas por César Álvarez, donde los familias llegan a pie o en triciclo cargando palos y esteras, en la invasión promovida por Valentín Fernández los invasores llegaron a bordo de modernas camionetas 4×4 y cercaron con ladrillo y cemento lotes de hasta  1,500 metros cuadrados.

Como es de suponer, en ambos casos las mafias de traficantes  jugaron un papel preponderante, tanto en la lotización como en el reparto de lotes. Era evidente que contaban con el apoyo de las autoridades de ese entonces y con la complicidad de funcionarios de menor rango que cumplían órdenes de arriba. De no haber sido así, al día siguiente de los hechos los invasores hubieran sido inmediatamente desalojados.

A más de diez años de estos lamentables sucesos, se puede advertir que las mafias de traficantes continúan sacando provecho de la situación, exigiendo a las familias invasoras el pago de cuotas mensuales supuestamente para trámites de titulación, vigilancia, enripiado de calle y gestiones para la instalación de agua, desagüe y electrificación. Las familias que carecen de dinero y no pueden  pagar estas cuotas, son obligadas  a ”colaborar”  con la compra de dos tarjetas de pollada por cabeza. El negocio no tiene pierde.

Por último, de acuerdo con las inspecciones de vivencia que viene realizando actualmente  la municipalidad provincial del Santa y COFOPRI, se ha podido establecer que de cada cien ranchos, por lo menos cincuenta permanecen desocupados. Pero estos ranchos no están a la espera de sus residentes, sino a la espera de clientes. Se afirma que en complicidad con algunos malos dirigentes, sin descartar a ciertos empleados municipales, las mafias  están vendiendo cada lote a un precio que oscila entre 2 mil y 10 mil soles, dependiendo de su ubicación.

Ante la parsimonia e  indiferencia de algunas autoridades frente a este hecho delictivo, hace dos días un grupo de aproximadamente treinta personas invadió terrenos de propiedad de Chinecas que colindan con la Vía de Evitamiento. Hasta hoy, solamente el alcalde de Nuevo Chimbote, Walter Soto Campos, ha levantado la voz para solicitar la unión de todas las autoridades a fin de poner término a este negocio redondo.