Pésimos trabajos y omisiones en expediente técnico:
- Oleaje destruye una vez más obra ejecutada en gestión de Roberto Briceño y que no consideró ninguna defensa, ni protección.
- Deficiencias empiezan a desnudarse por el oleaje y millonaria obra ya registra daños estructurales que ponen en riesgo toda la obra.
La millonaria obra de la costanera de Chimbote volvió a mostrar su vulnerabilidad a la fuerza de los oleajes del mar con la destrucción de otra parte de ella.
El oleaje la noche del lunes erosionó la base de tierra sobre la que está construida la costanera. Poco a poco el agua de mar iba erosionando hasta que produjo la caída de aproximadamente 20 metros de la estructura de concreto.
Esto se registró en el tramo de la costanera ubicada entre el asentamiento humano Señor de Los Milagros y la urbanización El Trapecio, donde el pasado mes de enero ya se había registrado una primera caída.
Vecinos del lugar que advirtieron el hecho y cuestionaron la manera como se ejecutó tan importante obra sin prever primero un enrocado a modo de elemento de contención de los oleajes sin llegar a afectar a la costanera.
En el lugar se advirtió que al erosionarse la tierra el piso de ladrillos adoquines rojos ha quedado como galleta con el riesgo que también pueda caerse. “Esto se cae en cualquier momento ya no hay terreno de base que lo sostenga. El dinero aquí gastado se está yendo el agua”, manifestó uno de los vecinos.
Frente a este panorama sugirieron que la autoridad de la municipalidad provincial del Santa coloque señalizaciones de peligro para evitar que se acerquen las personas y puedan registrarse accidentes.
“El mar va a seguir golpeando y cada vez más va a estar comiendo tierra hasta que se lleve toda la costanera si es que antes no colocan enrocado. Recordemos que hace muchos años la plaza Miguel Grau también fue destruida una parte por los oleajes hasta que colocaron el enrocado”, agregó una vecina recordando que la plaza Miguel Grau era más grande de lo que actualmente es.
Otros comentarios no dejaron de recordar al ex alcalde Roberto Briceño Franco y a sus funcionarios municipales, en especial a quienes elaboraron el expediente técnico que no contemplaron primero la colocación de enrocado para que la costanera sea una obra duradera en el tiempo y no una obra de la que el dinero se está yendo al agua.