Por: Prof. Arq. Giorgio Romoli
El 29 de mayo del 2023, había escrito este artìculo y para evitar crear más polémica, preferí entonces no enviarlo a este medio, pero viendo últimamente que los comentarios y opiniones sobre el tema va en aumento, sea en los periódicos y redes sociales, he solicitado su publicación.
“…Vinieron a visitarme a Chimbote unos amigos que hace tiempo no veía. Después de los saludos preliminares, como buen chimbotano adquirido, pensé en llevarlos a conocer la Costanera, aún no inaugurada, ya que estaba al final de su ejecución. No niego que al proponer esta visita, siendo extranjero, sentí una pizca de orgullo: después de años de inercia: ¡algo finalmente se está activando en Chimbote! Eso sí, sin haber elaborado un plano general de todo el malecón y sus alrededores, el proyecto de la Costanera es un pequeño tramo que, sin embargo contiene en sí mismo los gérmenes de una posible continuación:
– 1) Las pistas (vehiculares, ciclovías y peatonales), pueden continuar fácilmente sea al norte que al sur.
– 2) El proyecto presta atención a los barrios que lo bordean, los cuales se encuentran improvisadamente, en este tramo de la Costanera, en una situación inesperada: considerados hasta ayer como un límite completamente abandonado en todos los sentidos, pasa a ser una zona importante, céntrica y calificada. Seguramente con el tiempo estará sujeto a transformaciones en lo que respecta al comercio, el tiempo libre, la recreación, etc.
Bueno, mientras comenzábamos la caminata para disfrutar de esta parte nueva de Chimbote y yo estaba terminando la información sobre cosas que no se hicieron, sobre cosas que se hicieron mal, que se pudieron haber hecho mejor con un poco más de atención, (por ejemplo sobre los acontecidos por los oleajes), pero siempre con mucho aprecio por las cosas bien hechas, me llega la pregunta: “¿Pero hace cuánto tiempo hicieron este trabajo?” “Recientemente, pero aún debe ser terminado”. “¿Y ya está tan malogrado?” Me sentí mal cuando uno de mis amigos me señala que los parantes divisorios entre la ciclovía y la pista peatonal, no de plástico sino de concreto, estaban todos rotos, los que estaban intactos se podían contar con los dedos de una mano.
Las áreas construidas para el ‘verde’, con plantas de varios tipos, estaban completamente secas, ni siquiera una se podía salvar. Las partes cercadas con la cinta repetidora: ‘prohibido pasar, zona peligrosa’, continuaba desmoronándose bajo el ímpetu de las olas.
Ese pequeño puntito de orgullo por este nuevo proyecto de calidad, que por fin posee Chimbote, se ha convertido en enfado.
Comprendo que han tratado de terminar la obra con cierta prisa, porque se estaba al final del mandato del anterior alcalde y que la entrega del cargo, dejó un interregno, un vacío de responsabilidad, pero, verla abandonada al punto que hay que gastar más dinero para restaurarlo, antes de ser terminada e inaugurada, me parece demasiado.
De continuar con este estado de abandono, pronto dejará de ser una parte de Chimbote para visitar.”
Hoy, como arquitecto no quiero hablar de las responsabilidades, que son muchas, de este estado de abandono, sino de la inercia de los distintos barrios que han recibido esta transformación de una parte de su territorio, ciertamente mejor que antes. ¿Por qué no se hicieron escuchar gritando fuera de la Municipalidad: “Las plantas se están secando, porqué no las riegan?” ¿Por qué no denunciaron a los vándalos que rompieron sistemáticamente los divisores de las ciclovías y peatones? Y si lo han hecho, porqué no han sido escuchados?
¡La Costanera es de ustedes, aunque pertenezca a la Municipalidad!
Chimbote, 28 de junio de 2023