Editorial

EL DEDO EN LA LLAGA

Salud regional:

Como muy pocas veces se ha visto en estos lares, hace unos días tuvo lugar en el distrito de Nuevo Chimbote  una reunión a la que asistieron  representantes de las principales dependencias y  centros de salud de la provincia del Santa, evento en el que estuvo presente el gobernador regional Koki Noriega Brito.  El objetivo de la reunión fue analizar la real situación la que se encuentra la infraestructura, el equipamiento y el recurso humano del que dispone el sector salud en esta parte de la región Ancash.

Sin necesidad de ir al fondo del asunto,  el panorama del que se trató a grandes rasgos fue suficiente para poner en claro que, hablar de salud  en esta parte de Ancash, es como poner el dedo en la llaga. Definitivamente, el panorama no es el más alentador. Por el contrario, es deprimente. Según los directores de estas dependencias y centros de salud, las deficiencias en lo que se refiere a  infraestructura, equipamiento y recurso humano, han sobrepasado los límites de la tolerancia. Diríase que el sector salud se encuentra un estado crítico, y no es para menos.

Para objetivizar estas estimaciones,  los expositores pusieron como caso hipotético los efectos que podría ocasionar la superposición de los fenómenos El Niño Costero y El Niño Global, que debe ocurrir dentro de los próximos seis o siete meses.  Situación de la que ya tenemos bastante experiencia. Frente a esta inminente eventualidad, el sector salud, tal como está en este momento, no estaría en las mejores condiciones para hacerle frente.

Por ejemplo, con una población que supera los 700 mil habitantes, la demanda del servicio de salud que registran Chimbote y Nuevo Chimbote,  supera largamente a la oferta. En los últimos cincuenta años, la infraestructura hospitalaria  no se ha incrementado para nada. Permanece siendo la misma y detenida en el tiempo. Peor aún cuando vemos que el sueño  de hacer realidad  los nuevos hospitales La Caleta, El Progreso y San Jacinto,  hasta este momento continúa siendo eso: un sueño y nada más.

Por otro lado, la falta de equipamiento en los actuales centros de salud es un mal  endémico y enraizado. Esto quedó  claramente demostrado durante la epidemia del covid y es algo que  se mantiene inalterable hasta el  día de hoy. Los familiares de algunos pacientes tienen que realizar polladas para poder pagar el costo de los análisis y radiografías  en establecimientos particulares. Así de patético.

En cuanto a recurso humano, el panorama es igualmente dramático.  Esto lo vemos a diario, cuando decenas de pacientes no puedan ser atendidos por falta de médicos especializados, en tanto que muchos otros tienen que amanecerse  y formar largas colas para obtener una cita. Se sabe asimismo de pacientes que llevan más de seis meses en espera de un tratamiento especializado o para ser sometidos a una intervención quirúrgica.

Es de esperar que, frente a este inquietante diagnóstico, el gobernador regional  Koki Noriega  haya tomado debida nota de la situación. La salud en esta parte de la región Ancash, se encuentra en estado crítico.