Editorial

FALTA DE VOLUNTAD

Mal congénito de Chinecas (1)

La historia lo tiene todo bien registrado. A finales del año 1984, faltando pocos meses para dejar el cargo, el presidente de la República, Fernando Belaúnde Terry, promulgó el Decreto Supremo N° 070-84-PCM, que crea el Proyecto Especial Río Santa. De acuerdo con el referido dispositivo legal, el nuevo organismo quedaba textualmente encargado de “asumir el manejo integral de los proyectos  hidroenergéticos  Chinecas y Chavimochic”, todo ello  a partir de una “bocatoma única compartida y el uso racional de las aguas del río Santa”. Hermosas palabras que, lamentablemente, solo quedaron escritas en el papel.

En efecto, todo se vendría por los suelos  el 7 de septiembre de 1985, cuando, a tan solo mes y días de asumir la primera magistratura de la Nación, el presidente Alan García Pérez  firmó el Decreto Supremo N°072-85-PCM. Este dispositivo guillotinó al proyecto especial Río Santa y dispuso que, a partir de ese momento, los proyectos Chinecas y Chavimochic se  ejecuten cada uno por su lado; es decir, que cada uno baile con su propio pañuelo. Adiós bocatoma única compartida. Adiós uso racional de las aguas del Santa.

Lo que por supuesto no dice el decreto supremo, y algo que Alan García se cuidó de no mencionar para nada, era que la ejecución por separado de ambos proyectos iba a depender  directamente de la voluntad política que cada uno de ellos obtendría a partir de ese momento. Para Chinecas, la suerte estaba echada.

A treintaisiete años de haberse perpetrado aquella infausta y parcializada separación,  los resultados hablan por sí solos. Mientras Chavimochic se encuentra  en vísperas de iniciar la ejecución de su tercera etapa, el proyecto Chinecas permanece igual que en 1985, paralizado en el tiempo. A nivel nacional, Chinecas es, hoy por hoy, la más clara expresión de la frustración que es capaz de acarrear falta de apoyo político y la más calamitosa incapacidad de gestión.

Ha sido en medio de esta turbulencia que, a mediados de la década de los  90, en plena campaña reeleccionista,  el ahora encarcelado ex presidente Alberto Fujimori, sacó provecho de la situación y nos vendió la idea del famoso  Chinecas Reestructurado.  En presencia de dirigentes  agrarios y de la sociedad civil, logró el apoyo popular que hacía falta para aprobar la “reestructuración” del proyecto. Esto significó llevar las aguas del río Santa solo hasta Nepeña,  excluyendo en forma arbitraria de este beneficio a los agricultores de Casma y Sechín.

Como si esto  no fuera suficiente, la desgracia de Chinecas fue sellada 18 de junio del 2007, y el encargado de ejecutarla ¿cuándo no?  fue el mismísimo Alan García Pérez, a inicios de su segundo gobierno.  En una decisión, que para él equivalía a quitarse un gran peso de conciencia, firmó el Decreto Supremo N° 051-2007-PCM gracias al cual arrebató el proyecto Chinecas al INADE y lo puso en manos del gobierno regional de Ancash, presidido en ese entonces por César Álvarez Aguilar.

Lo que pasó con Chinecas a partir de esa desdichada decisión, también es historia conocida. De haber sido un proyecto paralizado, pasó a ser un proyecto saqueado y dominado por la corrupción. El presupuesto que seguía enviando el gobierno central, fue utilizado como caja chica para financiar manifestaciones políticas y, por disposición del propio presidente regional,  más de mil hectáreas fueron invadidas por traficantes de tierra para asegurar su reelección del año 2010. Esta es  precisamente una de las razones por las que Chinecas permanece en la lista de proyectos inejecutables.

Si toda esta desgracia se mantiene desde hace 37 años, es por falta de apoyo político, pero al mismo tiempo por incapacidad de gestión. Si las causas son humanas, en buena hora que sea por ahí por donde se tenga que empezar. Igual que para resucitar un muerto, Chinecas necesita de una reingeniería y, si se tiene que empezar nuevamente desde cero, esta es la oportunidad para trabajar en base a una idea fija, dejando atrás la búsqueda de protagonismos personales, un mal congénito que ya bastante daño le ha hecho a estén proyecto de irrigación.