Como siempre:
El Programa Nacional de Inversiones en Salud, PRONIS, es un organismo público adscrito al Ministerio de Salud, que fue creado mediante Decreto Supremo N° 035, de fecha 27 de noviembre del año 2014, durante el gobierno del ex presidente Ollanta Humala Tasso.
De acuerdo con el mencionado dispositivo, el objetivo del PRONIS es “formular estudios de pre inversión y ejecutar proyectos de inversión en salud en todos los niveles de complejidad, por medio de convenios, cuando corresponda, y en el marco de lo establecido en el plan sectorial nacional y en los planes regionales…”.
Dentro de este contexto, PRONIS asumió desde el año 2017 la gestión encaminada a hacer realidad la construcción del nuevo hospital El Progreso, una obra por la que el pueblo de Chimbote ha venido luchando desde hace más de veinte años. Como se recordará, el 2 de julio del 2021, en medio de una verdadera fiesta popular, PRONIS inició la ejecución de esta obra con un presupuesto de 53 millones de soles.
Conforme consta en el expediente técnico, el nuevo hospital está diseñado para albergar 26 camas hospitalarias, salas de parto, laboratorio clínico, sala de emergencia y oficinas administrativas; con capacidad para atender las necesidades de salud de un universo estimado en 84 mil habitantes. Según el cronograma correspondiente, el nuevo hospital El Progreso debió ejecutarse en un plazo de 15 meses, que se venció el 2 de octubre del 2022.
La primera mala noticia, la conocimos en marzo del 2022 cuando la Federación Médica de Ancash denunció a través de la prensa que las obras de hallaban paralizadas desde septiembre del 2021, con un avance que no superaba ni siquiera el 10 por ciento. Lo que nadie entiende es por qué hasta ese momento, ni PRONIS ni la empresa contratista, se dignaron en brindar una explicación a la ciudadanía. ¿Por qué tanto misterio?.
Ante la obligación de resolver el contrato y convocar una nueva licitación, esta vez con un presupuesto de 105 millones de soles, extraoficialmente los funcionarios del PRONIS informaron que ahora sí, la cosa iba en serio y que ya no había motivo para preocuparse. Era diciembre del 2022.
Ha sido a comienzos de febrero del 2023, cuando las alarmas volvieron a encenderse; esta vez con mayor estridencia. Y no era para menos. A más de mes y medio de haberse firmado el contrato, la obra no se había reiniciado. Una vez más, sin embargo, tanto el PRONIS como el nuevo contratista, mantuvieron el más absoluto silencio. ¡Qué raro! ¿no?.
Ya para entonces, se había filtrado otra inquietante mala noticia. Para la firma del nuevo contrato, PRONIS había aceptado como garantía una carta de crédito por 31 millones de soles, expedida por una cooperativa de ahorro y crédito cuyo capital era de tan solo 600 mil soles. Para no creerlo. ¿Se puede esperar esto de un organismo del estado?
Aún así, ambas partes trataron por todos los medios de justificar lo injustificable. En ese interín, PRONIS llegó al extremo de emitir la Resolución N° 048 de fecha 22 de marzo del presente año, mediante la cual, a pesar de todo lo sucedido, PRONIS autorizaba al nuevo contratista a proseguir con la ejecución de la obra, como si nada hubiera pasado. Su palabra era la ley.
Como lo hemos dado a conocer en nuestra edición de ayer, frente al desenlace que ahora todos conocemos, PRONIS ha emitido la Resolución N° 112, de fecha 01 de agosto del 2023, que deja sin efecto la resolución N° 048. Con esto, prácticamente queda expedito el camino para resolver el contrato con el segundo contratista y proceder a una tercera licitación. ¿A cuánto ascenderá esta vez el nuevo presupuesto?. ¿No que todo estaba en orden y que no había de qué preocuparse?. Como siempre PRONIS ha vuelto a engañar a Chimbote.