Opinión

En la vida todo tiene un principio y todo tiene un fin

Por: CÉSAR VILLÓN RUÍZ

Querido lector, primeramente demos gracias a Dios por la vida que nos ha dado como un principio de ser los primeros seres vivientes como hijos de Nuestro Creador; también dar gracias al Sr. Wilfredo Peláez Olórtegui, director del “Diario de Chimbote”, que nos honra con abrirnos sus páginas para dar cabida a nuestras opiniones, de que sus anuncios no es únicamente informativo, sino también de ser promotor y difusor de cultura multifacética, de tener lectores con diversidad de pensamientos ideológicos, pareceres y aspiraciones; un medio de comunicación que viene promoviendo cultura en nuestra Región.

El título de este artículo sobre la vida que tenemos un principio y un fin, teniendo presente que la vida humana es única; ningún otro ser vivo tiene la creatividad, las habilidades sociales y los sentimientos que tenemos los seres humanos, nosotros sabemos disfrutar de los sabores, los sonidos, los colores y los paisajes. Además, hacemos planes para el futuro y le buscamos sentido a la vida. Nuestra vida es un regalo de un Creador que nos Ama, dándonos en sus escrituras la Biblia como principio de su lectura “Génesis”, como origen de nuestras vidas y terminando en la última lectura el libro de “Apocalipsis”, dando como testimonio el principio y el fin de nuestro género humano. Como principio en nuestra vida empezando con nuestra primera generación siempre usaron la inteligencia donde el hombre inteligente era aquel que tenía como convicción la honradez, y que todo material (económico) no lo amerita porque conlleva en su vida una conciencia limpia; porque todo ser humano debe valorarse tanto como debe ser respetado y valorado por los demás.

En la vida como principio, sin duda todos somos hombres, pero no todos gozamos de condición humana, los desheredados atenazados por el hambre, oprimidos por la ignorancia, explotados y esclavizados social y moralmente, son aislados negándoles responsabilidad se le niega incluso el derecho al sufrimiento que es hasta el fin de su muerte. No olvidemos que el más grande enemigo del hombre es el orgullo, y sobre ello cometemos errores y abusos muy grandes. El orgullo puede impedir que tengamos relaciones saludables y auténticas. Debemos empezar reconociendo que pedir disculpas no es señal de debilidad sino de madurez.

Hay que ser más empáticos y reflexionar que todos pasamos por momentos difíciles. El orgullo como principio en el hombre es su humildad demostrando una personalidad de que se siente orgulloso sin ninguna pompa: de ser un padre ejemplar, un amigo real, un hermano cariñoso, un hijo que ama a sus padres, un esposo fiel a su esposa y por último un ciudadano que ama su patria y respeta sus leyes. Porque la mejor vida no es la más larga, sino la más rica en buenas acciones. Como principio en nuestra vida es el poder del pensamiento; de muy niño escuché decir esta frase, “dime lo que piensas y te diré quien eres”, desde entonces en adelante empecé a vivir con los pensamientos que contienen mucha energía Espiritual que tiene un efecto mayor sobre el mundo, si nuestros pensamientos continúan atascados con viejos conceptos, acabarán por concluir, que el futuro es una repetición del pasado.

Los pensamientos negativos hacen que se desvanezcan en nuestras oportunidades de ser prósperos porque estas palabras deben ser siempre directas, positivas y creativas porque ellas crean nuestras situaciones futuras. Todo tiene un fin en nuestras vivencias, muchas veces nuestro fin nos lleva al mal uso de nuestras emociones, los cambios abruptos que afrontamos en la vida, la depresión, la ansiedad y la ira es una lucha constante en nuestra sociedad. Todos ansiamos tener paz, vivir en armonía, siempre tener presente de desapegarnos de circunstancias que nos ocurren en muestras relaciones.

También hay momentos que tenemos una conversación difícil, que empezamos a subir la voz con emociones de enojo porque no se entendió bien las palabras y para evitar la enemistad es caballerosamente pedir disculpas para mantener la paz. El final de una generación es de que no podemos continuar así, hay demasiadas injusticias en nuestra sociedad, el mundo no está bien calibrado ni bien balanceado, estamos en la final de nuestro género, y el comienzo de algo importante es que se cumplan la promesa de Dios que están escritas en las Sagradas Escrituras La Biblia, en el libro de Apocalipsis.

El principio y el fin de nuestras vidas es que toda la humanidad tenemos que estar presente ante el juicio de Dios   y responderemos por nuestros actos y si han sido buenos tendremos la Vida Eterna. Querido lector que nuestros principios y nuestro fin, sea que estemos siempre en la gracia de Dios, cumpliendo sus mandamientos y amando a nuestro prójimo. Dios nos bendiga. En Dios está el principio y el fin de la humanidad.