Editorial

Problema que no tiene solución

Desembarcadero Artesanal:

La decisión de reasumir el control del Desembarcadero Pesquero Artesanal de Chimbote, es algo que la Dirección Regional de la Producción (DIREPRO) del  gobierno regional de Ancash  debió haber adoptado hace ya mucho tiempo. Las condiciones en las que venía funcionando esta  infraestructura de propiedad del Estado bajo la administración de la Asociación de Pescadores Artesanales El Ferrol, ya se había tornado insostenible y reclamaba a gritos una  intervención como la que recién ha ocurrido la semana pasada.

La falta de mantenimiento de sus instalaciones, así como la presencia de roedores, insectos y excremento de aves   marinas en sus diversas áreas, habían terminado por convertir al desembarcadero artesanal  en una verdadera calamidad y esto ya era insostenible. El desembarcadero es el lugar donde no solamente se desembarca y almacena productos hidrobiológicos de consumo humano directo. También es el lugar donde se manipula y comercializa estos productos, lo que hace indispensable hacerlo en inmejorables condiciones de higiene.

En más de una ocasión el Diario de Chimbote y otros medios de prensa de la localidad se ha ocupado de esta calamitosa situación, sin que los encargados de la asociación El Ferrol hicieran algo por corregirla. Ha sido precisamente la repercusión de estas denuncias  lo que ha llevado a la DIREPRO  a tener que retomar, prácticamente por la fuerza, el control de esta importante y descuidada infraestructura.

Pero aún cuando dicha intervención no deja de ser justa y necesaria por donde quiera  que se le mire, detrás de ella existe una inquietud que no puede pasar por desapercibida. En este momento el desembarcadero artesanal ya está en manos de funcionarios de la DIREPRO, o sea en manos del estado,  y como ya es consabido el estado no es un ejemplo de buen administrador. Peor aún, si tenemos en cuenta que en su primer año de gestión, el gobernó regional de Ancash ha ocupado el  último lugar en ejecución presupuestal entre todas las regiones del país. Capacidad de gestión, cero.

Ante este sombrío panorama, del que no se puede esperar milagros, mal haríamos en hacernos ilusiones creyendo  que la situación del desembarcadero artesanal va a mejorar de la noche a la mañana. Este es un centro de producción que así como  abastece de alimento fresco a la población de Chimbote y otras ciudades del país, también es fuente de trabajo para centenares de personas;  por tanto, reclama ser objeto de una gestión con criterio empresarial y no con el conformismo  del que padece nuestra burocracia.

Aunque no hay una versión oficial existe otra organización similar a la anterior que busca llegar a la administración, pero sería más de lo mismo, por la sencilla razón que no hay garantías para gestionar eficientemente la administración de dicha infraestructura, pues el objetivo es el lucro.

No estaría demás, buscar otras alternativas,  considerando la posibilidad de concesionar el Desembarcadero Pesquero Artesanal  mediante un concurso con rigurosidad, pero lamentablemente la actual Directora no ha mostrado, en el año que pasó, la capacidad para hacer de la Direpro una entidad eficiente, menos será para hacer un procedimiento de esta naturaleza. Sigue el mismo camino que el Presidente Regional, que no tiene equipo de técnicos y que no cuenta con asesores.