Opinión

La junta y sus juntas

Fernando Zambrano Ortiz

Analista Político

Mientras que en la Comisión Permanente del Congreso se aprobó por mayoría el informe que recomienda acusar e inhabilitar a los miembros de la Junta Nacional de Justicia, decisión que tendrá que ser sometida a la decisión del Pleno, Alberto Otárola y César Acuña están jugando su propio partido en este caso y en de la Fiscalía de la Nación.

No es casualidad que Alberto Otárola salga en defensa del paupérrimo comunicado del Fiscal de la Nación interino; ni que en las votaciones de ayer sólo Lady Camones haya votado a favor de los informes relacionados a las acusaciones constitucionales contra los miembros de la Junta Nacional de Justicia.

El voto de Lady Camones no asegura que se trate de una posición de la Bancada de Alianza para el Progreso, sino un voto en su calidad de presidente de la Subcomisión de Acusaciones Constitucionales que elaboró y aprobó el informe.

Más aún cuando, durante la sesión de la Comisión Permanente, el congresista de APP Salhuana ni ningún otro miembro de la Bancada de Alianza para el Progreso de César Acuña, votó a favor de los informes sancionatorios. Simplemente no contestaron al llamado durante las votaciones. ¿Vergüenza o cálculo político?

Para colmo, César Acuña, luego de aprobados los informes, en medio de ambigüedades, repitió que el próximo año culmina el período de los actuales miembros de la Junta Nacional de Justicia, y que respeta la institucionalidad.

Se sabe que desde el principio César Acuña y su bancada Alianza para el Progreso, se negaron al retiro de los miembros de la Junta Nacional de Justicia, indicando que, si se sometía a debate el tema, máximo votarían por retirar a dos. La posición de César Acuña se comprende como de conveniencia política; por prebendas con el Gobierno, y mercantilismo puro y duro.

El caso de Alberto Otárola tiene más que ver con su situación personal ante las investigaciones y denuncias que lo involucran en las muertes durante las revueltas.

Me parece que Alberto Otárola tiene la peregrina idea que de jugando en pared con los caviares, ellos lo blindarán. Esto solo desnuda su nivel de desesperación o una torpeza política mayúscula. Los caviares son traicioneros por naturaleza.

Pero, por otro lado, la denuncia constitucional en su contra está en manos del Congreso de la República, el mismo que en mayoría no tomaría a bien que continúe con su juego de operador político en la sombra, jugando en pared con caviares, apepistas y algunos congresistas de otras bancadas, para blindar a los miembros de la Junta Nacional de Justicia.

Las acciones de Alberto Otárola podrían, inclusive, llevar a su salida del Gabinete por la vía de la interpelación, y con ello arrastraría a Dina Boluarte a enfrentar una nueva crisis política. Cabe anotar que Dina Boluarte podría estar ya pensando en la salida de un desgastado Alberto Otárola.

Para Dina Boluarte, zafarse de Alberto Otárola por decisión del Congreso de la República sería el escenario ideal, decisión que por cierto celebraría su hermano y lo empoderaría.

Sin duda, el costo político que tendría que asumir Cesar Acuña si su bancada no vota en favor de la inhabilitación de los miembros de la Junta Nacional de Justicia sería bastante alto. Tanto, que ni su nuevo “sponsor” político “Paolo Guerrero” lo librará de su debacle. Quizás Guerrero no lo sepa, pero no es que la UCV sea su sponsor, sino que él es el sponsor político de Cesar Acuña.

En principio el Congreso de la República ya contaría con los votos necesarios para defenestrar a los miembros de la Junta Nacional de Justicia, sin embargo, para asegurar esta decisión, se requerirá de los votos de la bancada acuñista.

Esta es una breve historia de la Junta y sus juntas.