Chinecas:
De ninguna manera podemos menoscabar la importancia de haberse otorgado la buena pro para la elaboración del estudio de pre inversión de lo que será el nuevo proyecto de irrigación Chinecas, un trabajo que ha sido convocado a nivel internacional en el marco del convenio suscrito en abril del año pasado entre la agencia estatal Pro Inversión y el gobierno regional de Ancash. El estudio será elaborado por un consorcio peruano-alemán, por el que se pagará la suma de 3 millones 800 mil dólares, alrededor de 14 millones y medio de soles.
No obstante que la elaboración del estudio significa volver a empezar de cero, no se puede negar que este primer paso responde a una señal de saludable voluntad política; pues obedece a una decisión gubernamental del más alto nivel.
El asunto es que, después de 37 años de venir presenciando actos exactamente similares, los mismos que a su vez han terminado provocando total frustración, la experiencia nos aconseja a tener que tomar las cosas no con desconfianza pero sí con inevitable prudencia. Por tanto, si hay algo que debemos descartar de plano, es adelantar triunfalismos. Mal haríamos en repartir la torta antes que comience la fiesta.
Ya bastante hemos tenido con un primer experimento, llamado Chinecas Reformulado, que hace 24 años excluyó al valle de Casma, convirtiéndose en realidad en un Chinecas descuartizado. Esta maniobra solo sirvió para que el ex presidente Alberto Fujimori acumule votos y asegure su segunda reelección. Razón tienen los agricultores y las autoridades de la Ciudad del Eterno Sol para seguir desconfiando de Chinecas.
Años más tarde y después de promover él mismo la invasión de más de 1,000 hectáreas del proyecto, igualmente con fines de reelección, el ex presidente regional César Álvarez Aguilar sacó de la manga la idea de un Chinecas Consensuado (?), un globo de ensayo del que jamás brindó una explicación sensata y razonable. Lo único que hizo en nombre de esta propuesta fue rechazar el ofrecimiento del INADE de actualizar un estudio de pre inversión a un costo de 120 mil soles, para contratar en su lugar la elaboración del famoso Perfil Sisa, por el que pagó la friolera de 5 millones de soles.
En razón de estos ingratos recuerdos, consideramos que existen hasta tres motivos para tomar con algo de reserva el anuncio del nuevo estudio de pre inversión. El primero viene de parte de las ministra de Desarrollo Agrario y Riego, la chimbotana Jennifer Contreras Álvarez. Desde la ciudad de Piura, ha dicho que el ”destrabe” de Chinecas “abrirá paso a una agricultura moderna con elevado potencial para la región Ancash”. Pero resulta que en el terreno de la gestión pública el término destrabe se aplica a los proyectos que ya han sido aprobados y tienen código de inversión, pero que se encuentran detenidos a la espera de subsanar observaciones de orden técnico, como acaba de suceder con la tercera etapa de Chavimochic. Chinecas en cambio aún no está aprobado, recién va a contar con un estudio de pre inversión y tiene que empezar de cero.
Asimismo, en medio de las sonrisas, abrazos y apretones de manos que menudearon en la ceremonia de la buena pro, nadie se tomó la molestia de dar a conocer si la elaboración del estudio de pre inversión tiene un plazo de inicio y conclusión; una información que es elemental en gestiones de esta connotación.
Tampoco se tocó el tema de disponibilidad del terreno, es decir todo lo relacionado con el saneamiento físico y legal de las 33 mil hectáreas en actual producción y de las 50 mil que se piensa incorporar; un tema que es responsabilidad exclusiva del gobierno regional de Ancash. Sin eso, por muy bien elaborado que resulte el estudio de pre inversión, Chinecas no va a ninguna parte. Ningún inversionista se atreverá a adquirir un terreno que tenga problemas legales.
Desde aquí formulamos los mejores votos para que esta vez Chinecas inicie una nueva etapa; sin los errores y sin el aprovechamiento del que ha sido víctima en el pasado. Si realmente estamos frente a un nuevo escenario, como todo Ancash lo desea, le tomamos la palabra a los representantes del gobierno central y gobierno regional; solo que después de lo vivido, la experiencia nos dice ver para creer.