Por: Oscar Wong (*)
Cuando nuestra presidenta dijo ser la madre de todos los peruanos, tu madre, mi madre; nunca se imaginó que estos hijos putativos le serían adversos, revoltosos, críticos y desconsiderados. Si su pretensión era congraciarse con ese aparente espíritu materno, consiguió todo lo contrario y no es para menos, es que una madre –tan igual como el padre– tiene que dar el buen ejemplo a sus hijos.
Que ingenuos fuimos, el descargo público de nuestra madre putativa, la primera presidenta del Perú, el pasado viernes, nos dejó perplejos; es que, no contábamos con su astucia, se superó a su versión 2.0 de la desfachatez. Y es que, mientras la mayoría de peruanos calculábamos que la situación del caso Rolexgate había llegado a su máximo imaginable, la presidenta Dina Boluarte salió con el cuentazo del “préstamo” por parte aquel que describió como su amigo-hermano, su wayki (en quechua); el adinerado gobernador regional de Ayacucho Wilfredo Oscorima, quien se jacta de regalar este tipo de “cositas” a tutilimundi, en tanto que sus bolsillos se lo permitan: “lo hago con mi dinero”, dijo este último. Al parecer, estos dos waykis, olvidaron por completo que son funcionarios públicos.
No sé a cuantos les pueda haber pasado, pero debo ser honesto, entre todo lo que representó su descargo, me impactó “la cajita”, aquella que había guardado durante ocho años; debo entender que algún seudo-marketero de su entorno le habrá dado la indicación: “muestra la cajita”; porque, a ese nivel del aparato estatal, todo debe ser debidamente preparado y planificado, nada es improvisado. En el juicio de Johnny Depp contra Amber Heard sucedió algo similar, la defensa de Heard mostró en audiencia un estuche de maquillaje de la marca Milani Cosmetics, afirmando que la combinación de los cuatro tonos de ese producto en específico, fue el que usó Heard en el 2016 para cubrir los moretones que los supuestos golpes que Deep le ocasionaban; la empresa, posteó casi de inmediato en redes sociales, que ese producto fue lanzado en el 2017 y no en el 2016. ¿Unique, tendrás algo que decir?
El ruido mediático por el caso Rolexgate obligó a la presidenta a salir de su silencio, sin imaginarse que al hacerlo, lejos de configurar una escapatoria, incrementaría sus problemas. Ella ha afirmado poseer, usar y disfrutar de tres relojes Rolex de propiedad de su wayki (prestaditos no más); además dejó en entredicho, el cuestionamiento de una pulsera de 13,000 dólares cuya tarjeta de compra fue hallada en su casa; sumándose a ello, los movimientos financieros por 1.8 millones de soles en sus cuentas del BCP y de la Caja Raíz entre el 2016 y 2022 según la UIF. Los expertos sostienen que ha dado más material probatorio para la existencia de un acto de corrupción. Las contradicciones en la que se ve envuelta agrava su situación; pues, luego de decir que se trataba de su reloj de antaño, comprado con su esfuerzo, con su sudor; ahora resulta que al menos tres de los Rolex que usaba no eran suyos, y el Rolex que sí es de su propiedad desde hace dos años, fue comprado en la localidad suiza de Davos (¿declarado o de contrabando?). Y mientras ella dice me los prestó, él dice se los regalé pero los tomó como préstamo.
Nuestro Código Penal es claro, corrupción es recibir cualquier tipo de beneficio o ventaja, sea regalo, préstamo o promesa; inclusive, por hacer aquello que es parte del propio trabajo. La corrupción es un cáncer que está aniquilando a nuestra sociedad. ¿Es normal recibir en préstamo joyas de 15 mil dólares? ¿recibir en préstamo cuatro, cinco o seis de ellas? Este “regalo-préstamo” de tan finas y lujosas joyas a nuestra mandataria, ha sido hecho por un gobernador regional que curiosamente en marzo de este año fue favorecido, sin contratiempo alguno, con una transferencia del gobierno central de 100 millones de soles para beneficio de su región; y entre el 2023 y lo que va del 2024, se ha destinado 580 millones de soles “extras” al presupuesto del gobierno regional de Ayacucho.
Hacernos creer, que el uso y disfrute de esos Rolex fueron bajo la figura de un inofensivo y desinteresado préstamo amical, resulta ser una ofensa cerebral y una subestimación a nuestra inteligencia. Traigo a colación y termino con este proverbio: “Dios detesta a los mentirosos, pero se alegra con los que dicen la verdad. El insensato cree que se las sabe todas pero sus mentiras terminan por descubrirse.”
(*) Abogado, MBA, Mtr.Int. Liderazgo. Mtr. Teología
(en curso)
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