Por: Fernando Zambrano
Analista Político
Perú, un país con una riqueza mineral envidiable, se destaca como el sexto productor de oro a nivel mundial y el segundo mayor productor de cobre. Además, figura en el top 5 en la producción de ocho metales, lo que evidencia su potencial en la industria minera a nivel global.
El sector minero aportó al país más de S/48,834 millones por concepto de canon, regalías y derechos de vigencia entre 2015 y 2023, recursos que son necesarios para que los diferentes niveles de gobierno desarrollen proyectos claves para la población en diversos rubros, como salud, agua y alcantarillado, educación, entre otros.
Según los datos disponibles, Áncash ha sido la región que más recursos ha recibido por la actividad minera en diferentes periodos, como setiembre del 2021, enero del 2024, y los primeros meses del año. En setiembre del 2021, Áncash acumuló S/ 2,652 millones por la actividad minera, y en enero del 2024, recibió más de S/ 496 millones, representando el 22.1% del total de las transferencias mineras al primer mes del año.
Entre el 2015 y el 2023, Áncash recibió más de 234 millones de dólares por concepto de canon minero y remanentes de utilidades; sin embargo, a pesar de los recursos recibidos, se ha observado que la pobreza sigue siendo un problema persistente en las regiones mineras.
Sin embargo, algo que destacar y que marca la diferencia de Ancash con otras regiones mineras, sobre todo del sur del país, es que las operadoras mineras de Ancash mantienen buenas relaciones con las comunidades. En ello radica gran parte de la explicación de los beneficios que recibe la región, a diferencia de otras. Este modelo de relacionamiento entre operadoras como Antamina y las comunidades debería ser replicado en otras regiones.
En un contexto donde los precios del oro y el cobre alcanzan niveles históricos, surge la necesidad imperante de impulsar la minería, sector que contribuye significativamente al Producto Bruto Interno (PBI) con un 15%. Sin embargo, este impulso se ve obstaculizado por la paralización de proyectos mineros debido a la influencia de ciertas ONGs antimineras y líderes políticos de izquierda.
Estos grupos, bajo la máscara de la defensa del medio ambiente y las comunidades locales, han logrado detener el avance de importantes proyectos mineros, afectando no solo la economía del país, sino también la generación de empleo y el desarrollo de las regiones donde se ubican dichas operaciones.
Es crucial destacar que detrás de esta oposición se esconden intereses políticos y personales, ya que algunos dirigentes buscan acceder a cargos de elección popular para beneficiarse de los recursos estatales y sus privilegios, en lugar de velar por el bienestar y el progreso de la Nación.
Por otro lado, Perú posee importantes recursos minerales críticos como cobre, hierro, plomo, zinc, bismuto y manganeso, además de litio. Sin embargo, se enfrenta a problemas de exploración limitada, desafíos para la obtención de permisos y licencias, y a la competencia de otras naciones en la explotación de estos recursos.
Asimismo, la inestabilidad política en los últimos años ha aumentado la complejidad de los procesos de obtención de permisos para la exploración y explotación mineras, lo que ha afectado la inversión y la producción en el sector
La minería enfrenta desafíos para adoptar tecnologías más eficientes y energías renovables en sus operaciones, a fin de reducir su huella ambiental y cumplir con los objetivos de sostenibilidad.
En este escenario, la figura del actual Ministro de Energía y Minas, Rómulo Mucho, cobra relevancia como un agente clave para destrabar los proyectos mineros paralizados. Su gestión se presenta como una oportunidad para reactivar la industria minera, impulsar el crecimiento económico y contribuir a la reducción de la pobreza en el país.
Esperamos que, bajo el liderazgo y la determinación del Ministro Mucho, se logre superar los obstáculos que frenan el desarrollo de la minería en Perú, permitiendo así aprovechar plenamente el potencial de este sector para el beneficio de toda la sociedad y el crecimiento sostenible del país.
Win win es un término de gran difusión en el ámbito de la negociación. Se refiere a la predisposición que deben reunir las partes involucradas en una negociación para que ambas salgan ganando mediante el acuerdo, tomando como premisa esencial que, en caso de no ser así, ninguna de ellas ganará realmente.
Cuando ambas partes en una negociación entienden que se puede llegar a un win-win, es decir una situación en la que ambos ganan, se consiguen resultados exitosos. Ese parece ser el secreto del éxito en Ancash, región minera en la que no se evidencian conflictos sociales entre comunidades y empresas mineras.
Lo único que puede opacar un win-win minero es la corrupción, y en ello corresponde al Estado generar políticas adecuadas y a la ciudadanía tomar decisiones correctas a la hora de elegir a sus autoridades.