Editorial

Expedientes técnicos o partidas de defunción

Tauca, un ejemplo más:

En agosto del 2018 el hermoso distrito de Tauca de la provincia de Pallasca, admirado por la tradicional exquisitez de su fruticultura y productos lácteos,  vivió un momento inolvidable. Y no es para menos. Después de muchos años de espera, los alumnos, profesores y padres de familia del histórico colegio Santo Domingo de Guzmán, pudieron por fin presenciar el inicio de la obra de mejoramiento y ampliación del local de su querida alma mater, ya bastante maltratado por el paso de los años.

La obra, a cargo del gobierno regional de Ancash, se inició con un presupuesto de  5 millones 391 mil 905 soles, con un plazo de ejecución de  240 días calendario, ocho meses. Su ejecución fue adjudicada a la empresa contratista Consorcio San Ramón Peruinsa, que se comprometió a cumplir fielmente con todas las especificaciones técnicas y legales del proyecto. Hasta ahí, todo bien. Todos felices, todos contentos.

Por desgracia, conforme ya es una constante en todas las obras gestionadas por el gobierno regional de Ancash, también en ésta,  ni bien se iniciaron los trabajos de ejecución  no tardaron  en surgir problemas. Desavenencias  insalvables entre el expediente técnico y lo estipulado en el contrato de obra, no tardaron en salir a la luz. Lo uno no concordaba con lo otro a tal punto que, en caso de continuarse con la ejecución de los trabajos en tales condiciones, la obra corría el riesgo de quedar paralizada en cualquier momento, como que en efecto así sucedió.

En setiembre del 2019, seis meses después de haberse vencido el plazo de ejecución,  el contratista solicitó una ampliación presupuestal de más de 2 millones de soles como condición para poder continuar con los trabajos.  Por desaciertos, esta vez  entre contratista y contratante, el contrato fue resuelto y la obra volvió a quedar paralizada ante el total desconcierto de alumnos, profesores y  padres de familia, sin que esto sea motivo de mayor preocupación para los funcionarios del gobierno regional de Ancash. Esa es la forma cómo este organismo afirma trabajar por el desarrollo de la educación.

Finalmente en diciembre de 2022, cuatro años después de haberse iniciado los trabajos  de mejoramiento y ampliación,  el gobierno regional  adjudicó al Consorcio Tauca  el saldo de obra  por un monto de 2 millones 265 mil 588 soles. El escándalo ocasionado por la reiterativa postergación de los trabajos, ya se había tornado insostenible.

Sin embargo,  tan pronto como se reinició la ejecución de la obra, las incongruencias del nuevo  expediente técnico no tardaron  en encender las alarmas. Una nueva paralización estaba en ciernes. Según ha trascendido, el  nuevo expediente fue elaborado por una persona natural en el tiempo  record de treinta días, mientras que los funcionarios del gobierno regional de Ancash no tardaron ni veinticuatro horas en aprobarlo.

Para entonces, como  consecuencia lógica de cuatro años de abandono,  los trabajos avanzados y paralizados en más de una oportunidad pusieron en evidencia un notable  deterioro y grietas que saltaban a la vista en techos, pisos y paredes. Todo lo avanzado, no estaba bien ejecutado.

Se han cumplido seis años desde que los alumnos, maestros y padres de familia del  colegio Santo Domingo de Tauca celebraron el inicio de la obra de mejoramiento y ampliación de su local escolar. No obstante el hermetismo que guarda el gobierno regional, una vez más ha quedado claro que los expedientes técnicos son aprobados ipso facto sin importar si están bien o mal elaborados. En todo caso, lo único que importa es apurar el proceso de licitación y otorgar el adelanto de obra a como dé lugar. Lo que venga después, es lo que menos interesa.   

Ejemplos como el de Tauca, abundan de uno a otro extremo de la región Ancash; todos ellos con un mismo común denominador: detrás de cada obra paralizada, hay un expediente técnico mal elaborado. Eso quiere decir que, en manos del gobierno regional de Ancash, estos documentos tienen la misma validez de una partida de defunción.