Opinión

Motor y motivo

Por: Fernando Zambrano Ortiz

Por una reforma al sistema de pensiones.

Analista Político

El Sistema Privado de Pensiones (SPP) en Perú, establecido en 1991 como una alternativa al sistema nacional de pensiones en crisis, ha enfrentado diversos desafíos a lo largo de los años. A pesar de ofrecer ventajas como cuentas individuales con rentabilidad y promesas de pensiones superiores al sistema público, se han detectado falencias que han impactado a miles de peruanos.

Uno de los principales desafíos del SPP ha sido la alta informalidad laboral en el país, que limita la cantidad de trabajadores formales que pueden acceder al sistema. Con solo el 20% de la población económicamente activa participando, se ha evidenciado una exclusión significativa.

Además, las bajas remuneraciones promedio han resultado en aportes insuficientes, generando pensiones decepcionantes para muchos afiliados. Con remuneraciones que oscilan entre 1.600 y 2,000 soles y como consecuencia de ello aportes bajos, las pensiones resultantes fueron significativamente menores a las del sistema nacional de pensiones, que inclusive ofrece pensión mínima.

La concentración del control de los fondos de pensiones en manos de cuatro AFPs vinculadas a grupos económicos del sector financiero ha limitado la competencia y la diversificación de inversiones. Esta situación ha generado un sistema donde la rentabilidad es aceptable, pero las pensiones resultantes no cumplen con las expectativas de justicia y dignidad para los pensionistas.

Después de tres décadas de funcionamiento, es evidente la necesidad de reformas en el sistema de pensiones en Perú. Se requiere una revisión profunda que permita a los afiliados acceder a pensiones dignas y garantice un sistema sostenible a largo plazo. La falta de una pensión mínima en el SPP ha dejado a muchos peruanos en situaciones precarias al llegar a la vejez.

La reforma en marcha debe enfocarse en generar mayor competencia en el mercado de pensiones, consolidar los sistemas existentes y explorar alternativas que garanticen un futuro más justo y seguro para los pensionistas.

Es fundamental encontrar un equilibrio entre los intereses de los aportantes, las AFPs, las empresas cotizantes en bolsa y el Estado, para lograr un sistema que cumpla con sus objetivos originales de manera efectiva.

Es necesario aclarar que la economía de un país no puede sostenerse en el sistema pensiones, y tampoco debe ocurrir que algunas empresas obtengan beneficios excesivos a partir de los fondos de pensiones.

En conclusión, el Sistema Privado de Pensiones en Perú ha evolucionado de ser un sistema de pensiones, a un sistema de inversión forzada con beneficios para los afiliados y empresas, pero con deficiencias en la garantía de pensiones dignas.

La reforma en curso representa una oportunidad para corregir estas deficiencias y construir un sistema de pensiones más equitativo y sostenible para todos los peruanos.

Para un importante número de empresas que cotizan en bolsa, el Sistema Privado de Pensiones ha sido su “motor y motivo”, pues obtienen pingües beneficios cotizando en bolsa, a partir de los fondos de pensiones, en algunos casos utilizados para reflotar empresas deficitarias, como canales de televisión.

El Congreso de la República tiene la palabra.