Editorial

Alto a la informalidad sobre ruedas

Ya era hora:

Como resultado de  un reciente operativo realizado por  la gerencia de la Transportes de la municipalidad provincial del Santa, el mismo que con apoyo de la Policía Nacional y de la Fiscalía de Prevención del Delito, un total de 281 vehículos  dedicados a diversas modalidades de transporte público fueron internados en el depósito municipal debido a la informalidad con la que han venido prestando ese servicio.

El alto número de vehículos infracciones  no hace sino poner de manifiesto el alto grado de informalidad que existe en el  servicio  cotidiano de colectivo, taxi,  movilidad escolar,  traslado de mercadería, delibey, etc.;  un servicio donde la informalidad ha llegado a niveles extremos, pero donde la mano de la autoridad no se dejaba notar y ya venía dejando mucho qué desear.  Ante este panorama, no es ninguna exageración afirmar que el servicio de transporte público que se realiza  en Chimbote y Nuevo Chimbote, es uno de los más informales del país.

A estas alturas, por ejemplo,  ya es difícil conocer con la mayor exactitud el número de vehículos y líneas de colectivos que operan en ambos distritos.  Más son los vehículos piratas y con farolas clonadas, que aquellos que figuran en los padrones y registros oficiales. Prueba de ello es el congestionamiento que todos los días se ve en las avenidas Pardo, Meiggs y Gálvez de Chimbote y Pacífico de Nuevo Chimbote. En las horas punta, el tránsito vehicular  es  un verdadero pandemónium.

Ello no obstante, pareciera que los conductores de estos vehículos fueran inmunes contra el reglamento de tránsito y  tuvieran licencia para operar a su libre albedrío. Conforme se ha conocido hace unos días, la Contraloría General de la República ha encontrado responsabilidad penal en la delictuosa actuación de once servidores que, irónicamente, laboran en  la gerencia de Transportes de la municipalidad provincial del Santa.  A cambio del pago de una coima, dichos servidores han modificado el código de las faltas de tránsito consignadas en la papeleta respectiva, para de esa manera reducir el monto de la multa  a favor del infractor.

Mientras el daño económico que estos malos servidores han ocasionado a la comuna asciende a 113 mil soles, creemos que el daño que le hacen a la ciudad es mucho es mayor. En el fondo, estas actitudes ponen al usuario en manos de conductores irresponsables y sin escrúpulos, acostumbrados a solucionar sus faltas acudiendo al soborno y otras formas de ilegalidad.

Por añadidura, vale recordar que desde hace más de veinte años está en vigencia una ordenanza municipal que declara zona rígida el centro urbano de Chimbote, donde el servicio de transporte público es objeto de una atención prioritaria.

De acuerdo con dicha ordenanza, la carga y descarga de mercadería tiene su horario, entre 10 de la noche y 5 de la mañana. Los vehículos de transporte público, tienen sus rutas establecidas. Y vehículos menores, como mototaxis y carretillas, están prohibidos de circular en esta zona, cualquiera que sea el horario, menos ofertando fruta y otros productos con bocinas a todo volumen.

Si queremos hacer de Chimbote y Nuevo Chimbote dos ciudades seguras y ordenadas, es indudable que se tiene que empezar por reorganizar el transporte público y poner alto a la informalidad sobre  ruedas, así tengan que rodar cabezas.