Editorial

Ajustes inevitables en Vía de Evitamiento

No se trata de uno ni de diez. Son veintiocho los puntos críticos o de alto riesgo que un equipo de técnicos del Ministerio de Transportes y Comunicaciones ha identificado  a lo largo de los cuarenta kilómetros de la Vía de Evitamiento de Chimbote; puntos en los que se requiere, si o si, la construcción de puentes peatonales o pasos  desnivel  a fin de no poner en  riesgo la vida de los vecinos que viven a ambos lados de la vía y que se verán en la necesidad de cruzarla poniendo en riesgo su propia vida.

Desde mucho antes que los técnicos del Ministerio de Transportes y Comunicaciones  dieran la voz de alerta y desde el mismo día en que comenzó la construcción de la obra, los vecinos que residen a ambos lados de la pista han denunciado la inminencia de un alto riesgo. Se trata de una vía de alta velocidad que los padres de familia, las amas de casa y los escolares van a tener que cruzar a pie o utilizando otro medio de transporte, por lo  menos dos veces al día.

Para atender in situ el reclamo de los pobladores y hallar una solución valedera, el titular de Transportes, Raúl Pérez Reyes, tenía todo programado para venir a Chimbote mañana sábado 11, pero a última hora, y sin proporcionar mayores explicaciones  ha decidido postergar su viaje.

Se ha dado a conocer que, a la fecha,  la construcción de la obra se encuentra con un avance del 80 por ciento; ya prácticamente en vísperas de ser concluida. Sin embargo, ha trascendido que, en caso de no construirse los puentes, difícilmente el Ministerio de Transportes y Comunicaciones podría autorizar su funcionamiento. Sería como contradecir el informe de su equipo técnico. Nos atrevemos a pensar que esa sería la razón por la el ministro Pérez Reyes ha decidido a última hora  postergar su visita a Chimbote. Sin soluciones ni  alternativas concretas, éste no es el momento de enfrentar la situación.

Pero a donde nos conduce la experiencia de la Vía de Evitamiento  es a un escenario que ya se ha vuelto consuetudinario. Más de una obra estatal que se ejecuta en Chimbote, ya sea directamente, a través de concesionarios y otras modalidades, coincidentemente cojean del mismo pie. Caso concreto, los expedientes técnicos de colegio  Politécnico Nacional del Santa y de los hospitales El Progreso y San Jacinto, solo por citar tres ejemplo, adolecen del mismo mal. Lo que dice el expediente no coincide con la realidad.

Algo raro, entonces, debe estar su cediendo en todos los niveles de nuestra administración pública para que recién, a la hora undécima,  surjan piedras en el camino y se piense en las correcciones del caso. Pareciera que los filtros de la OSCE, la Contraloría, SEACE, etc., son letra muerta.

Sería una temeridad que el Ministerio de Transportes autorice el funcionamiento de la Vía de Evitamiento, si antes no se han ejecutado los ajustes inevitables.