Por: Oscar Wong (*)
La Comisión de Economía acaba de aprobar el dictamen de reforma del sistema de pensiones, pronto todo dependerá de la aprobación del pleno congresal. De concretarse este hecho, los peruanos tendríamos nuevas reglas de juego. Pero, entendiendo que el monto de las pensiones representa la calidad de vida de un jubilado, esta reforma, ¿las va a mejorar?
A lo que debe apuntar cualquier reforma es a dignificar la pensión, una pensión digna es lo que toda persona cercana a la jubilación, espera recibir mínimamente. Pero además de ello, también están los cuestionamientos del sistema actual, problemas de larga data que no se logran superar, siendo algunos de ellos la desprotección del 75% de la PEA que por su informalidad no acceden al sistema, las bajas pensiones recibidas por los aportantes en situación de jubilación (1/3 de su prestación original), las enormes ganancias de las AFP versus la pensiones percibidas, la insostenibilidad del sistema de la ONP resuelto con subsidios, la necesidad de mayores gestores de pensiones con ofertas más atractivas; así como, la disminución del número de nacimientos y la mayor esperanza de vida de la realidad país.
Entre los cambios que hasta ahora se conocen y que resultan ser los más representativos del dictamen es tener nuevos actores financieros (bancos, cajas de ahorro y crédito, financieras, empresa de seguros, entre otros), brindar una pensión mínima asegurada de S/ 600 y asumida con caja fiscal (subsidio) en caso no alcance el aporte, la prohibición del retiro de aportes de la AFP, un bono para trasladarse de la ONP a la AFP, comisiones de los operadores por resultados, la pensión por consumo como mecanismo complementario, el aporte obligatorio de los trabajadores independientes, entre otros. Así mismo, la propuesta se basará en los pilares no contributivo, semicontributivo, contributivo y voluntario. El sistema seguirá siendo dual, nacional y privado.
El gran problema de la creación de leyes como estas, es la constante carencia de análisis económico y de costo-beneficio, que estimen el impacto fiscal real de las propuestas. ¿El problema de fondo está solucionado? Para nada, las soluciones parecerían ser parches cosméticos, dejando de atender la problemática real y central, con soluciones más sostenibles en el tiempo. Se ha descartado por ejemplo, iniciativas como la del congresista Luna Gálvez, “el capital semilla”, esta propuesta pudo ser bien entendida y mejorada, el estado aporta al sistema una pequeña cantidad mensual a una cuenta individual por cada recién nacido, asegurándose que a los 65 años este tenga un fondo complementario al que éste pueda generarse por su trabajo. Al fin y al cabo, si el dictamen actual propone subsidiar las pensiones, por qué no hacerlo de una manera más inteligente, sostenible y que no deje a ningún peruano fuera. Hay mucho pan por rebanar y el tema lo amerita, muchas propuestas que aún no se han hecho y otras que no se han escuchado. No podemos aventurarnos, hacer las cosas de prisa, con fines políticos y populistas, solo asegurarán un fracaso de reforma como las muchas que ya se cuentan en nuestra historia.
Dada la magnitud y la importancia del tema para todos los peruanos en términos humanos, económicos y fiscales; es bastante criticable que el ministro de economía y finanzas no haya estado presente en el debate y discusión del predictamen, aprobar este sin la participación y aporte del titular del MEF también es criticable, y tanto el trabajo congresal como del ejecutivo debe ser más reflexivo y serio. Reflejo del Frankenstein que se debatirá como reforma pensionaria.
(*) Abogado, MBA, Mtr.Int. Liderazgo.
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