Gobierno central y Ancash:
A diferencia de lo que ha venido sucediendo hasta hace muy poco tiempo donde, por encima de gestiones de gobierno propiamente dichas, prevalecían los apretones de mano y poses para la foto, el IV Consejo de Estado Regional realizado el último fin de semana en Palacio de Gobierno, ha dejado la impresión de que las relaciones de trabajo entre el gobierno central y los gobiernos regionales estarían experimentando un cambio de estilo y, más propiamente dicho, un acercamiento pragmático y no solamente protocolar.
En lo que a Ancash se refiere, en vez de abordar aspectos de carácter general esta vez se han abordado temas específicos como, por ejemplo, la construcción del hospital Víctor Ramos Guardia de la ciudad de Huaraz y la modernización del Terminal Portuario de Chimbote. Hace ya buen tiempo que la gestión de ambos proyectos se encuentra en manos de Pro Inversión y de otras instancias del gobierno central, pero ha sido en el marco del IV Consejo de Estado Regional donde dicha gestión se ha visto impulsada a partir de una mesa de trabajo entre funcionarios del gobierno regional de Ancash y del Ministerio de Economía y Finanzas. Una forma de ir directamente al grano y acortar distancias.
Pero tan igual que el hospital Ramos Guardia y el Terminal Portuario, existen otros proyectos a nivel de desarrollo regional que por ahora estarían pasando por una etapa de enfriamiento. Hablamos, por ejemplo, del P-TAR II, del proyecto Mega Ciudades, del corredor longitudinal del Callejón de Conchucos, del hospital La Caleta y del mismo modo del proyecto de irrigación Chinecas, cuyas gestiones, hasta hoy un tanto empantanadas, exigen que se pise el acelerador.
Es importante por eso que se concrete un mayor acercamiento entre el gobierno central y el gobierno regional de Ancash que permita romper el témpano de hielo que desde hace ya buen tiempo se interpone entre el uno y el otro. Ha sido este distanciamiento el que ha dado lugar para que muchos proyectos de desarrollo regional pierdan la brújula y se enfríen en el camino, entre ellos la Base Naval de Chimbote, el Parque Industrial San Antonio y la Zona Franca. Con el congelamiento de estos proyectos, pierde el gobierno central y pierde Ancash.
Haber mantenido por décadas un diálogo de sordos y un distanciamiento visceral no le ha hecho bien ni a uno ni a otro. El gobierno central y los gobiernos regionales se necesitan mutuamente. Juntos han conseguido realizar grandes obras. Cada uno por su lado, no van a ninguna parte. Por tanto, es hora de acortar distancias.