Av. Costanera:
Desde enero del año pasado cuando la obra de la avenida Costanera se derrumbó bajo el peso de sus propias deficiencias, todos esperábamos que este ingrato percance iba a servir de lección y experiencia para en adelante adoptar todo tipo de previsión y de esa manera evitar que se vuelvan a cometer los mismos errores. Pero no ha sido así.
Un reciente informe emitido por la Contraloría General de la República, da cuenta que el expediente técnico de la obra de enrocado, denominada “Construcción de Protección de la Avenida Costanera” que ejecuta la municipalidad provincial del Santa, adolece de serias deficiencias. En opinión del órgano de control, estas fallas de orden técnico no solamente van a retrasar el inicio de la obra sino también podrían dar lugar para el contratista resuelva unilateralmente el contrato y, en base a eso, solicite a la municipalidad provincial del Santa una reparación económica por daños y perjuicios. O sea que tras cuernos, palos.
Según el informe de Contraloría, la municipalidad provincial del Santa habría incurrido en una falla garrafal al no haber gestionado la autorización del enrocado ante el organismo oficial correspondiente, esto es ante la Dirección General de Capitanías del ministerio de Defensa. Sabido es que toda obra pública o privada que se ejecute dentro de la franja de 60 metros que corre paralela a la orilla del mar, necesita contar con la autorización de la referida dependencia estatal.
De otro lado, el informe de control ha observado que el expediente técnico tampoco consigna la ubicación de la cantera de la cual se extraerá el material que se utilizará en la obra, información que se considera indispensable para evaluar la calidad de dicho material. Otra de las omisiones que se advierten en el expediente técnico es el hecho de no haber señalado el área destinada para la disposición final del material excedente. Nadie sabe a dónde irá a parar el desmonte, lo que hace temer el riesgo que se produzca un impacto negativo contra la salud y el medio ambiente.
Las observaciones que acaba de plantear la Contraloría no son nuevas. Son las mismas que en su momento el órgano de control advirtió en el expediente técnico de la avenida Costanera que se aprobó durante la gestión del ex alcalde Roberto Briceño Franco. Es decir, la lección no ha sido aprendida.
Como es menester, la Contraloría ha otorgando a la gestión del alcalde Luis Gamarra Alor un plazo para que ordene a sus técnicos el inmediato levantamiento de las observaciones. Un error lo comete cualquiera, pero cometer dos veces el mismo error ya no es cualquier cosa.