Caso Politécnico lo confirma:
Hasta antes de entrar en razón y de evitar dar un paso en falso, el gobierno regional de Ancash ya tenía todo listo para licitar el pasado 25 de abril la construcción del nuevo local de la institución educativa Politécnico Nacional del Santa, cuyo presupuesto supera los 60 millones de soles.
Es más, hasta el último momento, tanto el gobernador regional Fabián Koki Noriega como los funcionarios encargados del proceso de licitación, tenían programado el proceso para conseguir al contratista de la obra, pero fue la Contraloría General de la República la que encontró en el expediente técnico, una serie de observaciones, que impidieron que ese proceso continue. Estuvimos a punto de ser testigos de un nuevo suicidio administrativo.
Por todo lo que se puede ver ante la gran cantidad de obras paralizadas, lo cierto es que en el supuesto caso de haberse licitado la obra del Politécnico Nacional del Santa y, asimismo, ante la eventualidad de haberse firmado el contrato y otorgado el adelanto correspondiente, a estas alturas la obra ya estaría paralizada. Con un expediente técnico defectuoso y reiteradamente observado, ninguna obra pública podría ser ejecutada en forma correcta. Y eso lo estamos viendo en este momento con lo que sucede en los hospitales El Progreso y San Jacinto, lo mismo que en las avenidas Pardo y Costanera.
La regla es muy simple: toda obra mal gestionada y peor licitada, termina en una obra paralizada. Y esa es la suerte de la que se ha salvado el colegio Politécnico, al menos hasta hoy. A estas alturas, su inevitable paralización hubiera dado lugar al calvario en el que se encuentran numerosas obras públicas en el ámbito regional. La paralización impone la necesidad de convocar una nueva licitación, la misma que inevitablemente exige una ampliación no solo cronológica sino también presupuestal. Lo que se iba a construir en un año, a un costo de 10, ahora se hará en año y medio, a un costo de 15.
Con una antigüedad de más de sesenta años a cuestas, hace ya buen tiempo que el local del colegio Politécnico se viene cayendo a pedazos. En el 2002, hace 22 años, el Sistema Nacional de Defensa Civil declaró inhabitable esta infraestructura, lo que obligó el cierre de las aulas donde los alumnos recibían clases de mecánica, electricidad y carpintería. Un paso atrás en educación técnica.
Asimismo, el 17 de febrero del 2023, cuando por fortuna los alumnos se hallaban de vacaciones, gran parte del cerco perimétrico, con frente a la avenida Meiggs, cayó al suelo por su propio peso tras no poder soportar el paso de los años. Y hace dos días, se produjo el colapso de una tubería de agua que inundó los interiores del plantel.
Sin embargo, ninguna de estas desgracias pasa por la mente del gobernador regional y de sus funcionarios. Si las condiciones que soportan a diario los alumnos del colegio Politécnico merecieran alguna consideración por parte de los susodichos, con toda seguridad otra sería la suerte de este emblemático plantel. Con éste ya van dos años que el expediente técnico de la obra pasa de mano en mano y de escritorio en escritorio, sin que pueda ser corregido.
La falta de capacidad para resolver el problema del colegio Politécnico, confirma que efectivamente el gobierno regional de Ancash está en otro mundo, ahí donde todo es fantasía y donde el mejoramiento de la calidad educativa, por ejemplo, es lo que menos interesa. Aun así, el gobernador regional Fabián Koki Noriega está solicitando la promulgación de una ley que permita ampliar, de 4 a 5 años, el periodo de gestión regional. Más tiempo para seguir destruyendo la región.