Solo hasta el viernes 14 de junio el Dr. Javier Ulloa Siccha ha sido rector de la Universidad Privada San Pedro. De ahí para adelante el rectorado de esta casa de estudios se encuentra acéfalo, a la espera que la Asamblea Universitaria elija provisionalmente a un nuevo rector. Este desenlace, que ya se veía venir y que podría marcar el comienzo del fin de la institución, ha sido formalizado mediante oficio N° 02549 emitido por la Unidad de Registros y Títulos de la Superintendente Nacional de Educación Universitaria, SUNEDU.
La cancelación del registro de Ulloa Siccha también alcanza a Rogelio Castañeda Gamboa, vicerrector académico, y Javier Martínez Carrión, vicerrector de investigación; lo que confirma en todos sus extremos la condición de ilegalidad en la que, contra viento y marea, estos tres personajes se han mantenido en sus cargos.
Como se recuerda, hace ya más de un año, ni bien se convocó el proceso para elegir al rector y los vicerrectores, se encendieron las alarmas. Ha trascendido que el proceso electoral, el mismo que debió ser convocado por el rector saliente, se inició, se desarrolló y concluyó dentro de la más clamorosa irregularidad, saltando por encima del estatuto de la institución, inscrito en SUNARP. Razón más que suficiente para que la SUNARP denegara hasta en cinco oportunidades la acreditación de Javier Ulloa Siccha, Rogelio Castañeda Gamboa y Javier Martínez Carrión. La firma de estos tres caballeros carece de toda legalidad. No tiene ningún valor ante los bancos ni ante cualquier institución pública o privada, menos en los títulos o certificados de estudio.
Ello no obstante, lejos de subsanar las observaciones formuladas por la SUNARP y más lejos aún de cortar por lo sano con la convocatoria de un nuevo proceso electoral ceñido al reglamento, el grupo encabezado por Ulloa Siccha insistió en mantener lo insostenible, con el resultado que ha terminado por empeorar aún más la ya caótica coyuntura en la que se debate la universidad. Desde hace más de un año, la Universidad San Pedro, que ya venía navegando sin rumbo en un mar de tempestades, ahora se encuentran en el ojo del remolino.
Si hasta antes de producirse este desenlace, la universidad ya enfrentaba un futuro incierto y desalentador al no haber conseguido su licenciamiento, es de esperar que la cancelación del registro de sus autoridades agrave aún más la situación.
Todo esto se produce en momentos en que Ulloa Siccha ha sido incluido en un proceso de investigación fiscal, justamente por hallarse involucrado en estas y otras irregularidades que han colocado a la universidad San Pedro al borde del precipicio.
Si la pregunta es ¿ya comenzó el final de la universidad San Pedro?, los únicos que tienen la respuesta son aquellos que acaban de ser defenestrados por la SUNEDU.