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El IPE eleva su proyección de crecimiento de la economía de 2.4% a 3.0% en 2024

Mantiene la estimación sobre el crecimiento del PBI en 2025 en 2.8%

La economía peruana sigue mostrando señales de mayor dinamismo luego acumular un crecimiento de 1.4% durante el primer trimestre del 2024. En efecto, la actividad económica registró un crecimiento anual de 5.3% en abril, la cifra más alta desde setiembre de 2021.

Este resultado fue impulsado por los efectos de mejores condiciones climáticas en la agricultura tradicional y la pesca industrial en relación con el año pasado. Esto fue complementado por el mayor avance de los sectores vinculados a la demanda interna, como manufactura no primaria, construcción, comercio y servicios, que fueron favorecidos por dos días útiles adicionales de actividad frente al mismo mes del 2023.

El alto crecimiento económico habría continuado en mayo, debido al impulso favorable que seguirían experimentando los sectores que fueron afectados por choques climáticos adversos durante el 2023, como el agro y la pesca. Prueba de esto es que la captura de anchoveta en la zona centro-norte del litoral acumula cerca de 2.2 millones de toneladas en lo que va del segundo trimestre del año, cifra 69 veces superior a lo registrado en el mismo periodo del 2023.

En este contexto, las perspectivas de crecimiento de la economía peruana para el 2024 han mejorado ante condiciones externas más favorables —principalmente, el repunte de los precios de los minerales—, la continua moderación de presiones inflacionarias y una mayor confianza de hogares y empresas. Asimismo, la liberación de fondos de las AFP y CTS brindará soporte para una aceleración del gasto privado en el segundo semestre del 2024.

Frente a este nuevo panorama, el IPE revisa al alza su proyección de crecimiento de la economía para el 2024 de 2.4% a 3.0%. Las mejores condiciones para el gasto privado explican la mayor parte del aumento en la proyección para este año. Los riesgos están sesgados al alza debido a las fuentes extraordinarias de liquidez que experimentarán los hogares a partir del tercer trimestre. En tanto, para el 2025, el IPE mantiene el pronóstico de crecimiento en 2.8%, en un entorno de menores tasas de interés y una continua moderación de las presiones inflacionarias. No obstante, se advierten riesgos sobre el gasto privado debido a la incertidumbre de un año preelectoral.

Esta actualización fue presentada durante el seminario virtual “Economía peruana: nuevas proyecciones 2024-2025”, organizado por el IPE y que contó con los comentarios de Alex Muller, Economista Jefe para la Región Andina, América Central y El Caribe del Bank of America; y la moderación de Ale Costa, periodista económica.

Durante su participación, Muller señaló que uno de los principales riesgos que podría evitar un mayor dinamismo de la economía peruana está relacionado a un entorno político e institucional poco favorable para asegurar la continuidad de inversiones de gran envergadura en el país. Añadió que mientras otros países de América Latina, como México, Costa Rica y República Dominicana, vienen aprovechando las oportunidades de la reubicación geográfica de las cadenas de suministro globales (‘near-shoring’), el Perú se está quedando atrás por la inestabilidad política.