Editorial

Triste y accidentada despedida

Universidad San Pedro:

Mañana 25 de junio  la Universidad San Pedro estará cumpliendo 36 años de vida institucional y lo hará en medio de un caos sin precedentes, indigno para una institución que ha dado mucho a Chimbote. Creada el 25 de junio de 1988, esta casa de estudios logró en su mejor momento instalar más de quince filiales en diversas ciudades del país, llegando a aglutinar una población estudiantil  de más de 20 mil alumnos, siendo asimismo la primera universidad de Chimbote en contar con una facultad de Medicina Humana formalmente acreditada.

Lamentablemente, las autoridades que han estado al frente de esta entrañable casa de estudios, poco o nada han hecho para mantener y consolidar tan importantes logros. Por el contrario, con la llegada del año 2000 y ante el escepticismo de propios y extraños, la universidad San Pedro fue arrastrada por un torbellino de escándalos y malos manejos que se mantiene hasta la fecha. Una avalancha de pagos por servicios  fantasmas, compra de inmuebles en forma indiscriminada sin el menor criterio académico  e inclusive denuncias por lavado de activos, ha terminado con varios funcionarios sentenciados y un ex rector prófugo de la justicia. El descuido absoluto  por mantener el nivel académico no  puede ser más patético.

Como resultado de esta pérdida de rumbo académico y administrativo,  el 5 de diciembre del 2019 la SUNEDU denegó el licenciamiento  a la universidad San Pedro en forma definitiva. Habiéndose vencido asimismo los plazos para subsanar las observaciones formuladas por este organismo, sin que las autoridades universitarias se preocupen en hacerlo, nuestra querida universidad San Pedro deberá cerrar sus puertas, también en forma  definitiva, a más tardar en marzo del 2025, es decir dentro de ocho meses.

Pero en vez de que las actuales autoridades  se inclinen por  una despedida honrosa, parece que más bien están empecinadas en hacer más dolorosa la agonía.   Desde hace más de un año, la elección del rector Javier Ulloa Siccha no es reconocida por la SUNARP ni por otros organismos e instituciones públicas y privadas y mientras esta situación se mantenga, ni su firma ni su apersonamiento tienen el respaldo de la legalidad. Desde que fue “elegido” su  firma no tiene ningún valor ante los bancos y demás organismos e instituciones públicas y privadas.  Es más, desde el 14 de junio está desautorizado por la SUNEDU para refrendar títulos y otras acreditaciones académicas. Aun así, se mantiene aferrado al cargo.

Como lo acaba de con firmar la secretaria del sindicato de trabajadores no docentes de esa casa de estudios,  Blanca Silva Baca, el rector Ulloa Siccha pretende justificar su ilegal elección contra viento y marea. No se sabe si por terquedad o inducido por un equivocado asesoramiento,  busca ampararse en un reglamento interno elaborado el año 2018, el mismo que no ha sido inscrito en SUNARP y que por lo tanto carece de toda legitimidad. Todos los actos de la universidad se rigen por el reglamento del año 2014 que sí cuenta con dicho reconocimiento y que a la fecha  se encuentra vigente.

Según la dirigente sindical, el proceso para elegir al rector debe ser convocado con seis meses de anticipación y no tres, como ha sucedido en el caso de Ulloa Siccha. Además, las actas de las asambleas para la convocatoria del comité electoral no están debidamente firmadas y SUNARP  subsanar ese hecho.

Estas y otras observaciones, que son insalvables,  hacen de la elección de Ulloa Siccha un acto ilegal. Nada de lo que haga a nombre de la universidad San Pedro, tiene valor. Por el contrario, devienen en actos ilícitos, susceptibles de ser denunciados y penados por la ley. Que lastima que para la universidad San Pedro, que tanto ha hecho por Chimbote,  éste sea el preámbulo de una triste y accidentada despedida.