Por: WALTER MIGUEL QUITO REVELLO
La chicha canera, no es lo único que se fermenta en los penales. Hay también personas que no aprenden la lección y siguen fermentando sus deseos de delinquir. Pero hay muchos que fermentan su fe en un perdón del altísimo. Hay cientos que no saben ni porque están ahí. Pero no son los únicos que fermentan malos deseos o clemencias. Detrás de ellos también hay malos jueces, fiscales y policías que al igual que los que están en la cana, fermentan dolor y sufrimiento en nombre de la meritocracia, privilegiando su carrera a costa de los marginados de la sociedad.
En una de mis visitas al penal de Chimbote, un interno me dijo: “Usted que escribe en el Diario de Chimbote porque no escribe de la realidad de la cárcel lo que muchos inocentes padecemos” La verdad es que describir una cárcel. Es describir lo podrido y enfermo que esta la sociedad. Con el perdón de muchos jueces honestos, de fiscales con decoro y policías nobles. Estas líneas van dirigidas para que todos, incluyendo el que escribe enmiende su conducta por una sociedad más justa.
En uno de mis trabajos de reposición solicitamos el apoyo de la policía de Nepeña para una constatación porque la Municipalidad se burla de los apercibimientos de los juzgados laborales. Que me hace pensar mal, antes en cinco requerimientos ya salía el de denuncia penal ahora llega a los diez y nada los juzgados como si fuera una política del poder judicial. Regresando, mi cliente comete el error de invitar un desayuno, pero el policía con educación, enseñando su nombre en su distintivo, le dice: “Míreme bien. Yo amo mi institución” Si fuera la mitad y no la excepción. La institución policial seria otra cosa. Del otro lado, un grupo de policías terna llego a San Jacinto, no iban a perder. Buscaban a un vendedor de droga. Se metieron a una casa en San Cristóbal. No lo encontraron, pero dejaron la droga y detuvieron a la hija de 19 años. Me acerqué al fiscal que tenía el caso y le dije: “Dr., usted sabe que esa niña, no es delincuente, a quien querían agarrar, era al padre, pero como no lo encontraron le pusieron la droga” Usted sabe es el sistema exclamo. Y la terminaron sentenciado. Mérito para los policías ternas, para el fiscal y para los jueces a costa de una inocente de 19 que paso los peores momentos de su vida. Que es la realidad de la mayoría que están por drogas en los penales como micro comercializadores de droga. Porque los verdaderos capos en su mayoría comisarios no les pasa nada.
Pero no es un caso aislado. Así cientos. Los truchas del valle de Nepeña, que metieron en un saco a gente inocente y criminales como si fueran una organización criminal. Mérito para los policías, para los fiscales, para los jueces a costa de delincuentes que deberían ser sentenciados por lo que hicieron y de personas inocentes. O los cientos de sentenciados por violencia familiar, tocamientos indebidos, feminicidio con jueces colegiados no fundamentan en su sentencia que son esos tipos penales. Observe recluidos de 70 y 80 años y me pregunto ¿Si Fujimori tubo un indulto porque a estas personas no le dan un indulto si ya no son un peligro para la sociedad?
La chicha canera refleja, la embriaguez de internos para soportar su desdicha. Refleja lo podrido que esta el sistema de justicia y que se sienten derrotados por eso recurren al sembrado de delitos para vencer a los delincuentes aunque muchas veces paguen inocentes. La chicha canera refleja la solapa del fiscal y del juez que gracias a la desdicha de la gente hacen su carrera. Necesitamos jueces probos y justos. Porque el recurso de casación hoy en día no hay reexamen de los hechos, de la prueba que pueda cambiar el curso histórico de los hechos.
Hay mucho por trabajar por la provincia del Santa. Pero sobre todo hay mucho que cambiar nosotros como personas para que la embribes sea de justicia, de paz, de bondad. Para que exista una sociedad cada vez más justa.