Editorial

Fantasmas “venden” terrenos de Chinecas

“Esa comunidad no existe”  fue la respuesta escueta y contundente que brindó el ingeniero Camilo Carranza Lecca, gerente general del proyecto especial  Chinecas,  ante la pregunta de uno de los miembros de la comisión de Fiscalización del Congreso de la República con relación la “venta” y “donación” de las tierras de propiedad de  Chinecas que desde hace varios años viene realizando la denominada Comunidad de Indígenas de Chimbote y Coishco.

A pesar de ser una institución fantasma, sin tener en la mano ningún reconocimiento oficial que la respalde, la comunidad de indígenas, o quienes utilizan esta denominación para lucro personal,  vienen traficando a su regalado gusto con las tierras de Chinecas, habiendo llegado al extremo de hacer  valer estas  “ventas”  y “donaciones”  nada menos que ante la propia SUNARP.

En su nutrida lista de clientes no solamente figuran personas que se dedican a la agricultura sino también empresas inmobiliarias que ofrecen públicamente las tierras de Chinecas para lotes de vivienda. En un acto que ha sobrepasado los límites de la tolerancia y  sensatez, quienes actúan a nombre de la comunidad  han tenido la osadía de “donar” 60 hectáreas de propiedad de Chinecas a favor de un programa de vivienda de los trabajadores de la Corte Superior de Justicia y de la Fiscalía Provincial del Santa. Han puesto al estado contra el estado.

Carranza Lecca remarcó ante la comisión del Congreso de la República que todas estas ocupaciones son ilegales y que, por lo mismo, van a ser puestas en el camino del  desalojo.  Sin embargo, dijo, en este momento existen en la Procuraduría del gobierno regional de Ancash más de 80 expedientes de desocupación, de los cuales solo 6 están en vísperas de ser ejecutados. La demora o el entrampamiento de los demás procesos se debería  a la extraña desaparición de informes técnicos y legales que se han comprobado en los archivos de Chinecas.  La falta de pruebas favorece al acusado.

La historia da cuenta que la Comunidad de Indígenas de Chimbote y Coishco fue creada por cédula real de 1814, siete años antes de la Independencia. De acuerdo con los fines y objetivos de su creación, esta institución ancestral ha tenido a su cargo el reparto de tierras, sin fines de lucro,  exclusivamente a favor de sus miembros debidamente acreditados. Esta es la misma prerrogativa que le asiste a las comunidades campesinas y nativas, donde está penada la venta de tierras, salvo por acuerdo y para beneficio de todos los miembros de la comunidad.

Se sabe asimismo que luego del terremoto de 1970, la Comunidad de Indígenas de Chimbote y Coishco fue desactivada por el gobierno militar del general Velasco, justamente debido a la venta masiva e indiscriminada de tierras comunales con fines de lucro personal.

Es inexplicable, por tanto, que después de 50 años de haber sido desactivada, quienes utilizan el nombre de esta institución fantasma sigan actuando y lucrando con los bienes del estado con total desparpajo, ¿Por qué SUNARP tiene abierta esa partida? ¿Por qué no actúa la SBN, que tiene presencia en el directorio de Chinecas?.